Quebradero

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“México hace lo que…”

Por Javier Solórzano Zinser

Donald Trump puede soltar cualquier expresión despectiva y agresiva, pero guste o no más vale que estemos atentos por todo lo que puede provocar.

Ayer soltó otra tronante declaración, aseguró que “México hace lo que le decimos que haga”. En el paquete sumó a Canadá, pero fue particularmente enfático con el caso mexicano.

La relación entre México y EU se ha establecido bajo los lineamientos que ha dispuesto e impuesto Donald Trump. La Presidenta ha intentado que las cosas vayan de manera pausada, con cabeza fría e invitando a su homólogo a reflexionar sobre temas que todo indica no se los han puesto sobre la mesa, los evade o no los quiere ver.

Igual menciona que con nuestro país la relación es diferente a la que tiene con el mundo, que cuando el Gobierno envía 29 narcotraficantes termina diciendo que lo hacen “porque me quieren tener contento”.

La relación con Trump ha sido, es y será muy complicada. Estamos bajo una dinámica totalmente distinta de la que se vivió en su primera gestión. El presidente está fortalecido, tiene poder y tuvo un resultado electoral francamente favorable. Ganó el Congreso y, además, ganó el voto popular, lo cual no sucedió en las pasadas elecciones en las que participó.

Resulta paradójico que muchos asuntos de nuestro país estén siendo revisados acuciosamente por el Gobierno debido a que Trump los puso e impuso sobre la mesa. Al Gobierno mexicano no le ha quedado de otra, porque las amenazas de Trump pasan por los muchos asuntos que son de interés para su país y para él, pero también parten de la gran cantidad de debilidades que tenemos en México.

El narcotráfico es el tema que más le preocupa y ocupa a Trump. Hasta ahora no ha habido una reacción directa respecto al envío de 26 narcotraficantes. Como fuere, México ha enviado en los últimos meses a EU a 55 delincuentes de alta peligrosidad.

Las secuelas de todo esto se han venido dando al interior del país, porque, a pesar de que los cárteles rápidamente se van reproduciendo cuando son detenidos los líderes, en las batallas que se están dando por la hegemonía de estas organizaciones se ha dado una gran cantidad de enfrentamientos.

Lo importante de lo que ha hecho la Presidenta es que ha tenido el temple de enviar a EU a personajes que tienen una gran cantidad de información sobre cómo se maneja el narcotráfico en México, lo que incluye, evidentemente, la relación que guardan con la clase política.

Es probable que Trump, en este sentido, esté buscando y esperando que el Gobierno mexicano envíe a personajes de la política que tengan una relación directa de complicidad con las bandas delincuenciales.

No es grato, pero, en algún sentido, Trump tiene algo de razón con lo que expresó ayer. Particularmente, el Gobierno mexicano ha aceptado en buena medida muchas de las cosas que ha impuesto Donald Trump.

Habría que preguntarse qué hubiera pasado si no se hubieran presentado todas las presiones que ha ejercido el republicano en materia de seguridad. Pudiera ser que, con variantes, siguiéramos bajo la fallida estrategia de abrazos, no balazos.

Con Trump vamos a lidiar tres años y medio más. No queda claro qué puede pasar al interior de EU, pero hay signos de inconformidad que pueden crecer. Lo importante es la economía y hoy hay más preguntas que certezas en la estrategia del republicano.

Trump es un provocador que presiona lo más que puede para sacar lo más que puede. Es cierto que en muchas cosas al gobierno no le ha quedado de otra que ceder. En buena medida se debe a las muchas adversidades internas, las cuales no permiten responder de manera directa.

No es grato, pero algo hay de cierto por ahora “México hace lo que les decimos que haga”.

RESQUICIOS.

Preparémonos para una infinidad de ataques en contra de nuestro sistema electoral. Ya han aparecido adjetivos como farsa entre otros. Eso sí, nunca dijeron nada cuando eran plurinominales y en algún sentido avalaban lo que llaman farsa.