Lista la maquinaria
Por Javier Solórzano Zinser
Desde el domingo en la noche vamos a entrar en un toma y daca de narrativas sobre las elecciones al Poder Judicial.
Está visto que prevalecerá el oficialismo que muy seguramente empujará a través de los medios del Gobierno, que no públicos, y de aliados que ha ido construyendo y creando, una narrativa en que ponderará el resultado de la elección ligado a la voluntad del pueblo.
Lo que importa, más allá de narrativas, es lo que va a pasar a partir de una reforma que desde el oficialismo no se atrevieron a cuestionar. Las secuelas las vamos a empezar a vivir desde el domingo en la noche cuando se den a conocer las irregularidades en que se vio envuelto el proceso a través de la experiencia ciudadana en el desarrollo de la votación. A pesar de ello, se insistirá en que “habló el pueblo” y que la elección transformará al Poder Judicial.
A esto se va a sumar la forma en que desde el Gobierno y su partido han abordado la elección. Los multicitados acordeones se han convertido en un elemento irruptivo, porque coloca a los ciudadanos, a los cuales se les entregan, en una posición de decidir lo que quieren terceros y no lo que el propio ciudadano piensa y alcanza a ver del proceso.
Los acordeones son una evidencia de lo que el Gobierno y la mayoría piensan de lo que puede pasar con la elección. No es que su difusión termine por deslegitimar el proceso, sino es más bien que quienes se han dedicado a producirlos y difundirlos y quienes están detrás de ellos les quedan muy claras las dificultades que los ciudadanos van a enfrentar, es por eso por lo que los quieren llevar convenientemente de la mano para que voten lo que desde la mayoría y el Gobierno proponen y quieren.
El INE decidió ayer tomar medidas cautelares y ordenó cancelar la entrega de los acordeones. Por más que a partir de ahora se tomen decisiones en contra de aquellos que lo hagan, es claro que mucho tendrá todo esto de los llamados a misa, habrá quien asista y habrá a quien le importe un bledo.
Si a esto agregamos cómo se ha ido moviendo la maquinaria del Gobierno, vamos a una elección con tintes de Estado. Estamos en camino del regreso a tiempos que creíamos superados, los cuales tarde que temprano se nos van a regresar riesgosamente.
Como hemos venido alertando, no hay camino de regreso. La elección se llevará a cabo, pero quisiéramos pensar que en la forma en que se aborden los resultados se podría entrar a una etapa muy distinta y así fortalecer la reforma escuchando voces discrepantes, sobre todo, al momento de la aprobación de las leyes secundarias en el periodo extraordinario.
Por más que se echa a andar la maquinaria, la forma en que se desarrolle la elección, sus irregularidades y sus resultados quisiéramos pensar que pudiera ser una sacudida que obligue a repensar muchas cosas de la misma, auténticamente es la última puerta para que esto tome otra dimensión.
Estos días se han presentado claras evidencias sobre cómo en diferentes partes del país se está tratando de llevar a la gente a votar sin escrúpulo alguno. De nuevo estamos bajo la perspectiva de lo que ayer llevábamos “la causa”, lo que significa que se puede permitir cualquier tipo de irregularidades, porque presumen existe un bien mayor, en este caso ese bien mayor es la elección al Poder Judicial y sus resultados.
Es obvio que nadie se va a responsabilizar sobre las estrategias de movilización, con todo y dinero de por medio, ni de los acordeones. En la forma en que se está abordando la reforma y la elección se va viendo por qué quieren y lo que quieren del Poder Judicial.
RESQUICIOS.
La presidenta del TEPJF desde hace tiempo toma partido. No es casual que las votaciones en el tribunal terminen con los tres votos de quienes han manifestado su empatía al Gobierno y al Senado, en contra de dos que han buscado mantener su independencia. Presumimos que es lo que se puede venir ante las inconformidades que surgirán a partir del domingo.