Días azarosos
Por Javier Solórzano Zinser
Están siendo meses particularmente difíciles para la Presidenta. El atentado del martes muestra las muchas vertientes que tiene la inseguridad, no sólo en la capital sino en todo el país.
Bajo terrenos hipotéticos lo sucedido muestra los tentáculos que tienen las organizaciones delictivas, las cuales no tienen reparo para actuar y para buscar la manera de “defender” algo que podríamos llamar “sus espacios”.
Desde donde se vea el asunto es de enorme trascendencia. Los primeros informes de las autoridades demuestran que estamos ante un hecho extraordinario, el cual es muy difícil de investigar. Seguramente habrá información que no se ha hecho pública, pero por lo que se conoce hasta ahora no se ofrecen pistas significativas sobre el ataque, desde un primer momento quedó claro que estábamos ante un atentado bien diseñado hecho por profesionales.
Lo que está pasando no se puede circunscribir únicamente al ámbito de la capital. Por tratarse de personajes relevantes y de peso en la estructura del Gobierno de la ciudad y con reconocida presencia partidista, además de que la capital es el enclave más importante de Morena, el atentado adquiere diferentes e inquietantes dimensiones.
El lamentable suceso se suma a muchas cosas que han venido pasando en las últimas semanas y que de alguna manera tocan a la Presidenta. Claudia Sheinbaum está teniendo que remar cada vez con más fuerza y discreción ante la pesada herencia que dejó López Obrador.
Es un tema del que no se habla en público. Es evidente que por ningún motivo quieren tocar al expresidente. Sin embargo, por las medidas que se han tomado y por lo que ha venido sucediendo no es de descartarse que el cambio de políticas en materia de seguridad tuviera que ver con el atentado del martes, tanto en lo local como en lo nacional.
El fin de semana en Michoacán se presentó un fuerte enfrentamiento entre las Fuerzas Armadas e integrantes del CJNG, nueve personas fallecieron y 12 detenidas. Es claro que detrás de lo sucedido está un cambio de estrategia en seguridad. Se sabe cómo el narco se va reproduciendo, la cuestión aquí es si no se sabía que todo esto estaba pasando. Lo que pasó en Michoacán es brutal y muestra que las Fuerzas Armadas sabían perfectamente a lo que iban, se acaba de saber o ya se sabía y si se sabía la pregunta es por qué el Gobierno terminó actuando como si fuera público en un estadio.
Con la pesada herencia la Presidenta también está pasando por problemas internos. El decálogo que le envió al partido no fue visto como un mecanismo ideológico de principios de la 4T, sino como un intento de imposición, hasta ahora no se alcanza a apreciar que tenga resonancia o sea tomado en cuenta el decálogo, es cuestión de ver más de algún desplante morenista.
La presidenta del partido, últimamente, ha tendido más a vociferar que a enfrentar los problemas que está teniendo el movimiento en lo interior, lanza culpas por doquier sin ver en lo más mínimo lo que pasa al interior del partido; su defensa de la gobernadora de BC se acerca a los tiempos de la lucha contra el imperialismo de los 70.
Nadie se atrevió a decir algo en Morena sobre la burda disculpa que se le ofreció al presidente del Senado, esperemos que se hayan dado cuenta. Optaron por dejar pasar las cosas sin importarles un hecho verdaderamente desmedido en que se utilizó un recinto legislativo y fue transmitido por los canales legislativos.
Entre la pesada herencia, las broncas al interior del partido y el que la Presidenta tenga una forma muy diferente de gobernar en comparación con su abrumador antecesor, están llevando a que Sheinbaum esté pasando sus días más azarosos.
RESQUICIOS.
Nos dice Francisco Bravo, delegado de la CNTE en la capital, que las demandas del magisterio habían sido platicadas tanto con López Obrador, como candidato y presidente, y con la Presidenta. Son demandas que ellos conocen. Si dicen que siempre están dispuestos al diálogo, por qué esperar al viernes.