Quebradero

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Se las van a cobrar

 

Por Javier Solórzano Zinser

Cuauhtémoc Blanco tomó inopinadamente la tribuna ante la complacencia, aval y apoyo de su bancada. Pidió que “confiaran” en él porque tiene valores.

Es lo mismo, que, de alguna manera, pide Nidia Fabiola “N”, la media hermana del diputado, quien acusa al legislador de haberla agredido sexualmente. Todas y todos quienes votaron en favor de que no se le quitara el fuero, deberían de preguntarse por qué razón se debe confiar en su testimonio y no hacerlo con el de la mujer presuntamente agredida.

Estamos ante una comedia de horrores y errores. La Presidenta se ha visto involucrada porque en lugar de manifestar por principio solidaridad con la mujer presuntamente agredida, llamó la atención que siendo una persona profundamente solidaria con la causa de las mujeres haya dicho que hay que acusar con pruebas.

Ella sabe por lo que pasa una mujer agredida sexualmente. No hay testimonio alguno que valga porque por más que lo manifieste quien lo padece, en primer lugar de manera brutal es su propio cuerpo; es sabido que éste es un espacio del cual se aprovechan de manera brutal los agresores.

El Gobierno y Morena pueden confiar en su enorme popularidad, pero lances como éste tarde que temprano terminarán por afectarle. Lo debe saber también la presidenta del partido quien sobre el tema no se ha pronunciado, pero que en general ha sido profundamente crítica de situaciones como ésta. Morena presume que son un partido que enarbola la causa de las mujeres, porque “no somos como los de antes”.

Por más que la euforia sea una constante en el Congreso, el futuro para Morena podría ser incierto. No tiene sentido anclarse en la idea de que todo pasa al olvido y de que se borra la memoria colectiva, y más cuando se trata de asuntos de tanta importancia como el de las mujeres.

Es sabido que al interior de Morena existe un enojo, el cual se ha manifestado en artículos, entrevistas y cartones de diarios afines. El encono parte del fondo y forma en que hicieron las cosas y más por tratarse de una presunta agresión sexual a una mujer por parte de un personaje del partido que ha sido alcalde, gobernador y ahora diputado. Tarde que temprano también se pueden cobrar las expresiones de algunos legisladores sobre asuntos tan profundamente delicados como el del rancho Izaguirre.

El resultado de la votación del martes es una agresión directa contra las mujeres. Es contradictorio que, por un lado, tengamos aprobado el sistema de prisión preventiva, que lleva a que cualquier persona sea detenida en lo que se determina su responsabilidad, y, por otro lado, no les haya importado el testimonio de la mujer presuntamente agredida por un legislador, lo cual si se hubiera tomado en cuenta impedía de entrada que mantuviera el fuero para que pudiera ser investigado por la autoridad judicial.

Más bien la mayoría encabezada por mujeres de su partido y del lamentable PRI, lo acompañaron a la tribuna de San Lázaro para gritar de manera escandalosa, oprobiosa y lamentable, que “no estás solo”, dándole los votos para que mantuviera el fuero en medio de un acto con tintes grotescos en donde no se permitió escuchar las voces de quienes tenían una visión diferente desde la perspectiva de género.

Tan querían que Cuauhtémoc mantuviera el fuero que el impresentable encargado de la Sección Instructora entregó el documento de conclusiones el mismo día de la votación a las 10 a. m.

El asunto está cerrado en el Congreso, pero no en las calles. El sábado se ha convocado a marchas en contra del Congreso y el diputado.

Quizá hoy no se las van a cobrar, pero de que se las van a cobrar, se las van a cobrar.

RESQUICIOS.

El Gobierno va a enfrentar un lío grande cuando se dicte sentencia a Rafael Caro Quintero, entre otros. Desde que entregó a los 29 narcotraficantes a EU, sabía de la posibilidad de que se le sentenciara con la pena de muerte. ¿Qué va a hacer en 90 días, cuando seguramente esto pase con el “capo de capos”?