Se acerca el 4 de marzo
Por Javier Solórzano Zinser
Queda claro que nada va a satisfacer las demandas, exigencias y balandronadas de Donald Trump.
Lo que pueda pasar el 4 de marzo, fecha en que se cumple el mes de pausa que planteó para nuestro país con el objetivo de que el Gobierno cumpla lo que quiere en materia comercial y seguridad, es un enigma, pero también tiene algo de previsible.
No es remoto que llegada esa fecha a Trump se le ocurra algo nuevo o que considere que no se hizo lo suficiente para entonces lanzar de nuevo toda una serie de adjetivos y amenazas que intenten colocar de nuevo a nuestro país contra la pared; no vemos que las cosas puedan ser de otra manera.
El discurso nacionalista de la Presidenta es más de consumo interno que externo. La narrativa ha servido para crear una imagen en torno a la mandataria en el sentido de que no se va a dejar y que tiene el “apoyo del pueblo”, lo cual queda de manifiesto con la mayoría de las encuestas que se han dado a conocer estos días.
Claudia Sheinbaum sigue teniendo una significativa capacidad de maniobra. Su discurso se dirige a terrenos en que los ciudadanos se sienten defendidos ante el avasallamiento verbal que sistemáticamente lanza Trump.
No cabe ubicar las expresiones que pueden ser de reconocimiento a México, como lo hizo Trump y la embajada de EU, porque forma parte también de su narrativa. Es capaz de elogiar al presidente de Francia, como lo hizo ayer, y al día siguiente arremeter en su contra y contra Europa.
En EU no se detienen en las formas verbales de la Presidenta. Lo que les importa es que el Gobierno mexicano cumpla con lo que quiere su presidente, pero también si algo quieren es tenernos atentos y preocupados; éste es uno de los sellos distintivos de Trump.
El presidente debe saber que con tantas amenazas que lanza a toda hora si llegado el momento no las cumple le van a agarrar el modito. Es por eso por lo que no se puede pasar por alto que todo lo que amenaza y provoca no puede por ningún motivo menospreciarse, no cumplir es un signo de debilidad que no se permite.
No está para soslayarse su declaración de ayer en el sentido de que los aranceles van contra México y Canadá, medida que va a extender a más países. Si nos atenemos al sentido de su declaración, quiere decir que poco o nada le está importando todo lo que se está haciendo por parte del Gobierno mexicano. Poco o nada le interesan las importantes detenciones que se han hecho, quizá lo que espera es que se actúe en contra de la clase política que presuntamente está relacionada con la delincuencia organizada.
Lo que es un hecho es que las amenazas de Trump han surtido un efecto interno. Los esfuerzos que el Gobierno mexicano ha hecho en materia de seguridad estos días son la prueba de que no hay de otra que responderle a Trump.
Como ayer le comentábamos, sorprende que a lo largo de seis años de López Obrador no se hayan tomado medidas como las que se están tomando. La detención de importantes personajes de la delincuencia organizada, señaladamente del llamado Cártel de Sinaloa, es una prueba de que poco o nada se hizo a fondo en el pasado sexenio en esta materia.
Los abrazos no balazos terminó por ser una estrategia con tintes pasivos que fortaleció de manera clara, a querer o no, al Cártel de Sinaloa, hasta que entró un conflicto interno, y al CJNG.
No hay manera de saber qué pasará el 4 de marzo. Quizá lo importante sería que se reunieran la Presidenta y el presidente, un cara a cara. Trump nos trae autoritariamente en la mira, pero no podemos hacer a un lado los muchos pendientes internos que nos tienen en esta coyuntura.
Trump nos trae autoritariamente en la mira, pero no podemos hacer a un lado los muchos pendientes internos que nos tienen en esta coyuntura
RESQUICIOS.
Unos minimizan el asunto, en tanto que otros tratan de sacar raja. Por otro lado, un abogado de Zambada en México asegura que nada tiene que ver con el personaje que no deja de aparecer por todos lados. Todo es producto de lo que hemos vivido y vivimos con la delincuencia organizada, actor central.