Por Jorge Negroe
El fin de semana pasado se llevó a cabo uno de los mega eventos más importantes de Estados Unidos, aquel que (según los gringos) fue durante muchos años el acontecimiento deportivo con mayor audiencia a nivel mundial, así es, me refiero al Super Bowl LIX entre los Kansas City Chiefs y los Philadelphia Eagles, un partido similar al del 2013 pero con un resultado convenientemente distinto a los aires mediáticos y políticos.
Para contextualizar un poco hay que entender que este “Super Tazón” es una final de finales entre los equipos campeones de las dos divisiones del Futbol Americano: la Conferencia Nacional (cuyo representante fueron las “Águilas”) y la Conferencia Americana (con los “Jefes” de Kansas). Evento muy destacado, además de lo deportivo, por su “Show de Medio Tiempo”, en el que se han presentado artistas famosos a nivel global, quienes han mostrado desde estructuras móviles, juegos de luces, fuegos artificiales, colaboraciones musicales y coreografías estructuradas, hasta botargas de tiburón.
Así, para comprender un poco la complejidad del escenario hay que introducir primero la idea de cómo los influencers pueden generar importantes afectaciones políticas dependiendo hacia quienes se inclinen (quien les llegue al precio, por supuesto), tal como sucedió con la cantante Taylor Swift, que se decantó por Joe Biden en las elecciones del 2020, generando una tendencia a favor del demócrata y en contra de Trump, que en ese momento buscaba reelegirse.
Pero además, al volver pública su relación con Travis Kelce, que juega como ala cerrada del equipo Kansas City, Swift construyó una historia de amor mediática que cautivó al público estadounidense, generando una triangulación entre este equipo, su música (y fama) con la simpatía por Biden. Porque nada es casualidad en la política y menos en la estadounidense. Así, los campeones durante la última era demócrata fueron primero el de Kansas (justo el año que ganó Biden), luego Tampa Bay (el adiós de oro de Tom Brady, que por cierto también le ganó a Kansas), seguido de Los Ángeles Rams (una propuesta fresca) y finalmente dos años consecutivos de Kansas, ¿Muestra de la hegemonía demócrata?
Y además, los que saben de futbol americano (y algunos que no también) me han comentado que gran parte del éxito de los “Jefes” en los últimos tiempos se debió por un lado a la ayuda de los árbitros, circunstancia que incluso hace unos días criticó el rapero Snoop Dog (ya ven como no solo dicen que pasa en el futbol mexicano con un equipo oriundo de Coapa… o con Messi) y por el otro al poder mediático de la rubia Swifty.
Sin embargo, los factores anteriormente nombrados no fueron suficientes para coronar el tricampeonato de Kansas en este 2025, demostrando que los demócratas no sólo fueron derrotados en las urnas sino también en la cancha, dejando como ganadores reales a las grandes casas de apuestas, quienes recibieron cerca de 1390 millones de dólares por este juego, manejando rubros rarísimos como el color de la bebida energética que usarían para bañar al Coach ganador, la duración del himno nacional estadounidense durante su entonación, si se irá o no la luz en el evento y en esta ocasión, si Kelce le pediría matrimonio a Taylor Swift, cosa que no sucedió. Lo que sí sucedió fue la presencia de Donald Trump en el Caesars Superdome de Nueva Orleans durante el partido, siendo el primer presidente en asistir a este tipo de encuentros y generando el ser la segunda persona más mencionada en redes sociales esa noche con 735.000 menciones.
Respecto al medio tiempo de Kendrick Lamar, fue considerado mediáticamente como uno de los más aburridos de la historia, sobre todo por no tener gran producción a comparación con otros anteriores, pero también porque buscó incomodar a Trump, utilizando sólo bailarines afroamericanos (en contraposición con el discurso racista del presidente), levantando el brazo izquierdo (símbolo del “Black Power”), lanzando algunos mensajes semi cifrados a favor del multiculturalismo, aprovechando para que se mostrara una bandera de apoyo a Sudán y a Palestina (Gaza), lo que le ganó ser el famoso más mencionado en redes sociales con 17 millones, superando por mucho a artistas de otros años (aunque supongo que no todos fueron comentarios positivos).
Pero a mi punto de vista, quien se llevó la noche fue un magnífico Samuel L. Jackson “ennegreciendo” al Tío Sam, encarnando lo que más se recordará de ese show. Además, al funcionar como un escaparate mediático, muchas empresas aprovechan para anunciarse, pagando hasta $8 millones de dólares por spots de 30 segundos durante la transmisión de este evento, entre las marcas que más impactaron este 2025 estuvieron: “Tubi”, una plataforma de streaming subsidiaria de Fox que obtuvo 772 millones de menciones en redes sociales (cuya estrategia fue retransmitir el juego), seguida de Google y Disney+ como segundo y tercer lugar respectivamente. Destacando Además Nike con su campaña «So Win» que alcanzó 124,6 millones de menciones.
También Fanduel, una plataforma de apuestas deportivas, logró124,4 millones de menciones. Ahora, sin soltar el tema de las apuestas y utilizándolo para conectar este mega evento muy presente en la Agenda Setting Internacional con el futbol mexicano, podríamos ver cómo las casas de apuestas tienen dominado el futbol mexicano (llegando incluso a ser dueñas de equipos, como el Grupo Caliente lo es con los Xolos de Tijuana y en su momento también con Dorados de Sinaloa y Querétaro FC), situación que se dice también afecta a los resultados de los partidos y los torneos mexicanos.
Esto también se vio reflejado en clubes como el Real Apodaca de Nuevo León, equipo de la Liga Premier mexicana (la 3era División) cuyos jugadores fueron sancionados por apostar sobre su equipo, lo cual es considerado anti ético, pues ellos mismos pueden manipular y provocar resultados que les convengan económicamente hablando, haciendo perder dinero a las casas de apuestas, algo mal visto tanto desde la perspectiva del “juego limpio” como desde la capitalista neoliberal, donde las grandes empresas siempre se deben “salir con la suya” para que “la casa siempre gane”.
Ya solo queda apostar para ver si los Piratas de Veracruz, el nuevo equipo de la Liga Expansión Mx (antes de ascenso) que jugará en el Estadio Luis “Pirata” Fuentes, de Boca del Río, Veracruz, va a lograr convencer a la afición de que olviden a los Tiburones Rojos. Por lo mientras les adelanto que ya varios grupos de aficionados organizados (porras y barras) se mostraron en contra de la imposición de este equipo “Pirata”. ¿Quién da más?