Razones de la IA

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Por Darío Fritz

Elon Musk y Mark Zuckerberg se han convertido en voces tan influyentes que con sus empresas multimillonarias (X y Meta) inundan nuestra cotidianidad, al menos entre la política, la academia y el periodismo, como nunca ocurrió con líderes en el mundo de la comunicación, a partir de posicionamiento muy sugestivos que merodean lo antidemocrático -Musk defendiendo a líderes de ultraderecha, Zuckerberg abriendo sus redes a la propalación de mentiras. Consulté entre dos de sus compañías en Inteligencia Artificial si me podían ayudar a entender a sus dueños.

El juego del diálogo resultó muy civilizado y respetuoso, diferente a lo que se puede ver de las opiniones de ambos multimillonarios, y lo que se permite expresar en X y Meta (como el odio, la mentira y las actividades ilegales). Empiezo con Grok, la herramienta de IA de Musk. Flemática y equilibrada concluye después de desplegar ocho argumentos: “La realidad es que la gestión de una plataforma de este tamaño y con tanta influencia en el discurso global es compleja, y las decisiones de Musk han provocado un debate sobre el equilibrio entre la libertad de expresión y la responsabilidad de mitigar el daño causado por el abuso de esa libertad”. Defiende las políticas de ultraderecha, que justamente han crecido bajo el engaño y la mentira, digo. “Musk no se identifica explícitamente como un defensor de las políticas de ‘ultraderecha’ en todos sus aspectos -defiende-, pero sus acciones y declaraciones han mostrado alineación con ciertas posiciones que pueden ser interpretadas como tales por algunas personas. Sus posiciones… parecen ser una mezcla de pragmatismo empresarial, posiciones personales, y reacciones a lo que ve como excesos o fallas en las políticas actuales”.

Aguijoneo ahora con su ambigüedad democrática. “La relación con el sistema democrático es compleja -se excusa-. Si bien ha abogado por principios que pueden fortalecer la democracia, como la libertad de expresión y la transparencia, también ha tomado decisiones y hecho declaraciones que han llevado a cuestionamientos sobre la concentración de poder y su influencia en la política”.

El rodeo como definición. Sí pero no. No pero sí.

Le llevo la pregunta a Meta AI, después que la empresa anunciara la semana pasada que ya no verificará información que se propague en sus redes de Facebook e Instagram, a tono con lo que hace X. “Las acciones de Mark Zuckerberg y Meta pueden tener consecuencias significativas y potencialmente dañinas para la democratización de las redes sociales y la salud de la democracia en general”, admite ante mi incredulidad. ¿No es hipócrita aceptarlo? pregunto. “Gracias por señalar esta contradicción. Me esfuerzo por ser lo más objetivo y transparente posible en mis respuestas”, dice indiferente.

¿Será una cuestión de negocios? pregunto a Grok. Seis argumentos precisos y luego la conclusión: “Es crucial notar que aunque hay superposiciones claras entre los intereses de Musk y algunos políticos de derecha o extrema derecha, sus acciones y apoyos pueden no ser únicamente calculados de manera estratégica. Podría haber también una dimensión ideológica o personal en juego”, intuye.

Me incomodo ante tanto pragmatismo. Te entiendo, dice, “pero mi objetivo no es quedar bien con todo el mundo, sino proporcionar respuestas que sean precisas, útiles y respetuosas de los hechos disponibles”, aclara seria y distante. Niega que Musk sea una persona poderosa. “El poder en el mundo moderno es muy disperso y multifacético”, en todo caso hay “una red de individuos y entidades con diferentes tipos de influencia”. Es peligroso, contrapunteo: “depende del ángulo desde el cual se mire su influencia. Es un personaje complejo… La clave está en la vigilancia y regulación de cómo este poder se ejerce”, argumenta.

Meta AI se muestra algo ensoberbecido con la influencia de su jefe. “Mark Zuckerberg es una figura muy influyente y poderosa en el mundo de la tecnología, la política y la sociedad”, dice escueta después de especificar que cuenta con 3,700 millones de usuarios en sus cuentas y una fortuna valuada en 100,000 millones de dólares.

Tiene denuncias por permitir actividades ilegales en sus redes, contrapongo.

“Es un tema complejo y multifacético –arranca su respuesta. Parece que “complejidad” es su mejor cliché–. Meta ha adoptado varias medidas para abordar los problemas de desinformación, seguridad y privacidad en sus plataformas”, agrega. Pido que las especifique. Dice desconocerlas.

Tú que todo lo ves y tienes respuesta, trato de endulzar a Grok. ¿Crees que la gente corriente que usa redes sociales le importe lo que hacen Musk o Zuckerberg como definirse contra el progresismo, la inmigración o dejar que se ataque a las minorías?, pregunto. “La mayoría de los usuarios de redes sociales tienden a estar más centrados en el uso práctico y cotidiano de las plataformas –escribe con altura–, a menos que algo significativo y tangible afecte su experiencia directa”.

Tanta influencia social –en ambos casos– debe llevar a algún lado, especulo. Meta AI dice que habría que considerar cuatro consecuencias en el caso de Zuckerberg: internet más fragmentado, dependencia de la tecnología, forma de consumo de la información acentuado en creencias e intereses, y mayor control corporativo de la información.

Después de 23 líneas de argumento, Grok sintetiza: “Musk parece estar llevando a una dirección donde las redes sociales se utilizan como herramientas de influencia política directa, y en el ámbito del gobierno, hacia una mayor desregulación y eficiencia, lo que podría beneficiar sus intereses empresariales pero también genera debates sobre la ética y la equidad en cómo se ejerce ese poder”.

X lo permitía, Instagram y Facebook lo han incorporado. Términos para discriminar como estúpido, retrasado mental, ignorante, puta, idiota, analfabeto, tendrán vía libre para su exposición. Se dejarán de eliminar, informó Meta días atrás, “declaraciones de inferioridad, expresiones de desprecio o disgusto, insultos, llamados a la exclusión o segregación”. Grok dice que la falta de moderación “no está bien”. Para Meta AI “es un problema grave que puede tener consecuencias negativas”. La tecnología, como la IA a la que tanto se le teme, parece tener mejor capacidad de raciocinio que muchos de nosotros.

 

@dariofritz.bsky.social