Terroristas
Por: Javier Solórzano Zinser
El futuro presidente de Estados Unidos va cumpliendo con su guion desde su larga campaña con rumbo a la Casa Blanca; sobre advertencia no hay engaño.
Para muchos podrán ser excesivas sus promesas, pero no hay un solo elemento para pensar que las va a incumplir. Algunas le van a ser imposibles, pero la gran mayoría ya están en juego y eso que todavía no toma posesión.
Declarar a los narcotraficantes como terroristas no llama a la sorpresa. Ha insistido en el tema a lo largo de todo este tiempo sobre la base de que ellos son la clave de lo que ha llamado “envenenamiento” de las y los estadounidenses desde México.
Sin duda, EU tiene un enorme problema en esta materia. Bajo otra perspectiva nosotros tenemos un problema igual de importante que viene de EU, el tráfico de armas. Diferentes informes consignan que del 100% de armas que entra a México cerca del 90% procede de nuestros vecinos.
El problema que estamos enfrentando es que no hay ni ha existido equidad en la relación bilateral. Mientras que para EU el tema de la droga es desde hace años, por razones obvias, un asunto de seguridad nacional y salud pública, el tráfico de armas en nuestro país es colocado como un asunto secundario, porque, entre otras cosas, la compra y uso de armas en la Unión Americana es legal.
A Trump no le van a importar nuestras exigencias en esta materia. Más bien las ha venido soslayando desde su primer periodo como presidente. Por más esfuerzos que se han venido haciendo por parte de México, demandando a la industria armamentista de EU, las cosas no han cambiado, llevan una ruta realmente larga y cansada.
No hay estrategia ante estos escenarios que nos pueda garantizar absolutamente nada. Para Trump es un tema fundamental y tiene razón de ser, la clave es cómo lo enfrenta y cómo nos coloca en esta tesitura auténticamente como su patio trasero. En muy pocas ocasiones se hace referencia al tema de las armas en nuestro país y, sobre todo, quién arma a la delincuencia organizada en México. No es un asunto que pase por su entorno, no tanto porque no lo conozca, sino porque lo llevaría a enfrentar de manera directa a la industria en su país, lo cual no está dispuesto a hacer, tanto por convicción como por razones políticas.
Es importante responder al planteamiento anunciado sobre declarar a los narcotraficantes terroristas. Las consecuencias de ello pueden poner a nuestra soberanía a la intemperie ante los designios de un hombre que no tiene reparo para tomar este tipo de decisiones.
Coloquemos también en el radar, como parte de lo que pretende Trump, su idea de recuperar el Canal de Panamá. El futuro presidente no tiene límite en medio de un apoyo colectivo en su país, el cual le permite una capacidad de maniobra como no tuvieron en el pasado reciente sus antecesores.
El tema del terrorismo es un asunto que se tiene que revisar con enorme cuidado, porque puede tener repercusiones para el país impredecibles. El simple enunciado de la palabra le puede permitir al futuro gobierno de Trump tomar decisiones de ataques directos en nuestro territorio contra los capos de la droga.
El riesgo es muy alto por las consecuencias que puede producir. Internamente tenemos un problema mayúsculo por la relación de complicidad que guardan los gobiernos en todos los niveles de nuestro país con la delincuencia organizada.
Lo que se viene es impredecible. Por más obvio que sea, si no nos agarra juntos y cohesionados, los escenarios serán de una adversidad tal que pondrá en el límite nuestra soberanía.
RESQUICIOS.
Otro asunto de focos rojos serán las presiones desde los primeros días de Trump sobre el T-MEC. Al igual que en el tema de seguridad hay muchas cosas que no hemos hecho. Va a ser necesaria la diplomacia, la acción y las razones, no va a bastar con enarbolar la bandera nacional.
*Buen descanso con quien quiera y como quiera.
Nos leemos los primeros días del 2025. Felicidades al extraordinario y genuino equipo de LA RAZÓN.