Por Jorge Negroe
La semana pasada ganó el mejor equipo, y no me refiero al América ni a ningún tema relacionado con el futbol mexicano, sino que hablo de los Diablos Rojos de México, quienes se alzaron con el título de la Liga Nacional de Baloncesto Profesional (LNBP) al derrotar a los Halcones de Xalapa, que al menos en esta zona eran los favoritos.
Se trata de un equipo que apenas este año se creó, bajo la marca “Diablos Rojos” que pertenece al empresario Alfredo Harp Helú, quien no sólo fue presidente de la Bolsa Mexicana de Valores, sino que también compró el Grupo Martí de tiendas deportivas y gimnasios, tuvo acciones de Banamex, cuenta con un estadio con su nombre y es inversionista de los Padres de San Diego.
Hablamos de que el proyecto “Diablos” tiene dinero, lo cual se vio reflejado en las contrataciones que se realizaron con jugadores norteamericanos y algunos mexicanos con doble nacionalidad (pues pareciera que sólo estos son tomados en cuenta por los equipos gringos y no los mexicanos “comunes”), algunos que jugaban en la misma LNBP y otros de la G-Ligue (la “segunda división” de la NBA). Pero que además representan a la Ciudad de México donde otras franquicias han fracasado, tales como la “Ola Roja” o los “Capitanes”.
Así, siguiendo el ejemplo de su contraparte beisbolista los “Diablos Rojos de México”, que se alzaron en septiembre con su título número 17 dentro del “rey de los deportes”, los basquetbolistas conquistaron su primer título de ese torneo, venciendo en la final a un equipo xalapeño tan lleno de ilusiones como de lesionados, de contrataciones inservibles y de jugadores “talacheros” que vienen y van al capricho de sus manejadores.
Y si repasamos los 5 juegos de la final podemos mencionar, tal como lo platicaba con un comentarista deportivo amigo mío sobre los Halcones que, salvo el partido que ganaron, siempre estuvieron abajo, pues “Corvina Hannah estando lesionado entró y jugó aun así en el último partido de la serie, Gabriel Girón hizo lo más que pudo pero no fue suficiente, Jordan Glynn se enfocó en sus tiros de larga distancia y Troduss Mcfadden fue el mejor jugador de Xalapa en la final. Para algunos Paul Stoll con esa personalidad arrebatada contribuye al equipo pero constantemente pierde balones o hace faltas, así se vio en esta serie”.
Así se queda la capital veracruzana, sólo recordando otra época donde los aficionados abarrotaban el “Nido del Halcón” no sólo en las finales, donde el ambiente se ponía mejor que en otros deportes, donde la mascota vestida de “Chango” realizaba tropelías haciendo que nos preguntáramos que tenía que ver un mono con un halcón, o incluso con la Universidad (aunque eso podría ser más fácil de responder).
Atrás quedaron los tiempos de gloria del equipo Halcones UV, el cual sólo comparte nombre con el actual proyecto de uniforme morado, pues en historia, identidad y trayectoria no tienen cercanía alguna. Mientras los Halcones verdiazules consiguieron en sus 12 años de existencia 4 coronas de la LNBP y un subcampeonato de la Liga de las Américas (donde enfrentaron a las mejores escuadras de Sudamérica), los actuales Halcones se quedaron cerca de su primera copa en los 3 años que llevan existiendo.
Se nota que no son tiempos del fidelato, donde el dinero fluía hacia los Halcones UV (y hacia muchas cosas más), permitiéndoles contratar a grandes jugadores y ubicándolos en los primeros puestos de la LNBP, es más, hasta en esa época crearon un equipo alterno para provocar un “clásico regional”: los Halcones Rojos de Veracruz, quienes en sus once años consiguieron conquistar sólo dos temporadas. Aunque claro, siempre podría ser peor, hay franquicias como las de los Astros de Jalisco que no lograron campeonar a pesar de haber llegado a 3 finales.
En fin, el éxito y la inversión de Harp Helú pesa, quien con esta victoria de los Diablos demuestra su sed de campeonatos, los cuales buscará seguir obteniendo sobre todo con su franquicia basquetbolista. Pues además del deporte este personaje también deduce impuestos, ya que tiene una fundación que alarga sus tentáculos hasta la educación, la salud, el medio ambiente, los archivos y bibliotecas, así como la conservación del patrimonio histórico, sobre todo en el estado de Oaxaca, donde no ha encontrado nadie que lo detenga.
Faltaría ver si en su idea de proyecto no quiere comprar a los Diablos Rojos del Toluca, para conseguir la “tripleta del infierno”… o ya de perdido que les meta dinero a los Halcones de Xalapa. Total, ya el Diablo anda suelto y quiere ir por más.