El abuso sexual en niños: el acto más atroz

Share

Por Lyneth Santiago Frías

El abuso sexual infantil, especialmente en niños del sector preescolar, representa una de las formas más devastadoras de violencia y vulneración de derechos. A esta edad, los niños apenas comienzan a desarrollar su sentido del mundo y de las relaciones interpersonales, lo que los convierte en las víctimas más indefensas y, a menudo, invisibles.

En muchos casos, los agresores provienen de entornos cercanos: familiares, cuidadores o personal educativo en quienes los padres han depositado su confianza. Esta proximidad no solo facilita el abuso, sino que también lo silencia, envolviendo a las víctimas en un círculo de miedo, vergüenza y confusión.

Los niños en etapa preescolar, aún inmaduros para comprender la gravedad de lo que les sucede, suelen carecer de las herramientas emocionales y cognitivas para verbalizar el abuso. Como resultado, el sufrimiento de estos pequeños suele manifestarse a través de cambios de comportamiento, problemas de sueño, retraimiento o dificultades escolares, señales que, en muchos casos, son pasadas por alto o malinterpretadas.

A esto se suma un sistema que, por falta de capacitación o recursos, no siempre está preparado para detectar, prevenir o atender estos crímenes con la urgencia y sensibilidad necesarias.

Los dibujos expresan cosas

Cabe destacar que un niño que ha sufrido abuso sexual queda con secuelas, con miedos y con falta de confianza hacia los demás, sin dejar de lado los traumas que éste puede provocar.

La maestra de preescolar Analy Santiago trabaja en el sur de Veracruz y durante 10 años ha sido educadora. Ella nos compartió algunas maneras para identificar el abuso sexual en niños, al igual que consejos para prevenirlo.

¿Qué señales podrían indicar que un niño está sufriendo abuso sexual?

“Cuando un niño sufre cualquier tipo de abuso, los dibujos son una forma en que los niños expresan sus ideas y emociones, aquello que para ellos es difícil externar por medio del lenguaje oral. En algunos dibujos, se pueden observar algunas señales que indican que el niño sufre abuso, incluso se puede observar la persona que lo hiere. Otra señal, son las físicas, en la escuela me ha tocado observar a algunos niños que han llegado con uñas enterradas por parte de su madre. El aislamiento social, es otro factor pues evitan el acercamiento físico con otros niños o con personas adultas.”

Como padres, maestros o familiares es importante detectar estas señales y ser observadores, puesto que de esta manera ya existirían alertas en nosotros que pueden decirnos cuando algo no está bien y así, tener el ojo sobre nuestros niños para que estas situaciones puedan evitarse.

¿Cómo puede un educador fomentar un ambiente seguro para que los niños se sientan cómodos hablando sobre sus experiencias?

“Esta parte lleva un proceso largo, pues para los niños que sufren algún tipo de abuso es algo doloroso. Sin embargo, el hacerles saber que en la escuela existe alguien que lo o la escucha y hacerle sentir valioso (a), puede ayudar a recuperar su confianza.”

Una de las cosas más preocupantes en nuestra actualidad, es que México está muy retrasado en lo que a educación sexual se refiere, ya sea por pena, falta de confianza o tabúes respecto a este tema. Sin embargo, es bien sabido que es difícil explicarles a los niños de preescolar, aun así, varios maestros han implementado estrategias para enseñarles a los niños sobre esto sin ser explícitos, hay canciones infantiles que te dicen dónde no deben tocar, e incluso cuentos que muy por “debajo del agua” advierten a los más pequeños.

 ¿Qué tipo de educación sobre el cuerpo y el consentimiento se debería impartir a los niños en edad preescolar?

 “En el plan de estudio para preescolar, existe un campo formativo que recupera como contenido a trabajar “Las emociones en la interacción con diversas personas y situaciones” en donde se busca que los niños y niñas sean conscientes sobre el de cuidado de su cuerpo y, además, el comunicar sus emociones ante situaciones en las cuales no se sienten seguros; además que construyan vínculos afectivos basados en el respeto y aceptación.”

“Como parte del trabajo que llevamos, los protocolos a seguir en caso de haber sospechas que un niño está siendo abusado, nosotros llevamos el registro de incidencias, donde las maestras/os, hacemos una descripción sobre alguna situación relevante donde el niño o la niña sufra de algún accidente dentro de la escuela o que llegue de casa con alguna lesión. Éste registro de incidencias puede sernos útil más adelante y posteriormente, se da seguimiento por parte del DIF y las autoridades correspondientes (…), para que los padres puedan identificar cuando un niño/a o su hijo/a sufre de abuso sexual, lo ideal es que se den pláticas sobre estos temas y que sean impartidas por personas expertas en el tema.”, expresó.

Además, Analy agregó que personalmente ella utilizaba cuentos que retoman el reconocimiento de emociones y les plantea situaciones cercanas a la realidad, donde los niños analizan y comparten sus opiniones sobre éstos.

Unos consejos…

Algunas señales de advertencia para saber si un niño está sufriendo abuso sexual, son las siguientes (estos datos fueron tomados de distintas fuentes como la Organización Mundial de la Salud, American Psychological Association, Centro para el Control y Prevención de Enfermedades, “Rape, Abuse & Incest National Network” y National Child Traumatic Stress Network):

 

  1. Cambios en el comportamiento:

Aislamiento: El niño puede volverse más retraído, evitar la interacción social o mantenerse alejado de otros niños o adultos.

Agresividad o irritabilidad: Pueden volverse más agresivos o mostrar irritabilidad sin razón aparente.

Cambios drásticos de humor: Pasar rápidamente de estar contentos a tristes o enfadados.

Miedo a ciertas personas o lugares: El niño puede mostrar un miedo inexplicable hacia un adulto en particular o negarse a ir a ciertos lugares, como la escuela o la casa de alguien.

  1. Cambios en los patrones de sueño:

Pesadillas o terrores nocturnos: El niño puede comenzar a tener pesadillas frecuentes o temer dormir solo.

Insomnio o dificultad para dormir: Puede tener problemas para conciliar el sueño o despertarse varias veces durante la noche.

Mojar la cama: Niños que ya habían superado esta etapa pueden volver a hacerlo.

  1. Cambios en el apetito:

Pérdida de apetito o aumento repentino: Pueden comenzar a comer mucho menos o mucho más de lo habitual. Comer compulsivamente o rechazar ciertos alimentos sin razón aparente.

  1. Cambios físicos:

Dolores inexplicables: Quejas de dolor en las áreas genitales, en la boca o en el abdomen sin causa médica aparente.

Hematomas, heridas o irritaciones en la zona genital o anal.

Infecciones de transmisión sexual (ITS): La aparición de infecciones o síntomas relacionados con ITS debe ser un fuerte indicador de alarma.

Problemas al caminar o sentarse: Si el niño tiene dificultades para caminar o sentarse, puede ser un síntoma de abuso físico o sexual.

  1. Cambios en el rendimiento escolar:

Problemas de concentración: El niño puede parecer distraído o perder interés en actividades que antes le gustaban.

Bajo rendimiento académico: Su desempeño en la escuela puede deteriorarse repentinamente.

Rechazo a asistir a la escuela: Puede volverse reacio a ir a la escuela o manifestar temor hacia ciertas actividades o profesores.

Estas señales, tomadas individualmente, no necesariamente indican abuso sexual, pero cuando se observan varios de estos comportamientos en conjunto, es crucial investigar más a fondo y buscar ayuda de profesionales especializados. La intervención temprana puede marcar una diferencia fundamental en la vida del niño.

El abuso sexual infantil en el sector preescolar continúa siendo un problema silenciado y devastador, cuyas consecuencias dejan profundas secuelas en las víctimas. A pesar de la creciente conciencia sobre este tipo de violencia, aún falta mucho por hacer en términos de prevención y detección temprana. Las señales suelen ser sutiles y, en muchos casos, pasan desapercibidas, lo que resalta la necesidad urgente de que tanto padres, educadores y la sociedad en general estén atentos a las manifestaciones de los niños, ya sea a través de su comportamiento, sus dibujos o su interacción con otros.

El testimonio de la educadora Analy Santiago subraya la importancia de la observación en el aula y de crear espacios seguros donde los niños se sientan escuchados y valorados. A través de la educación sobre el cuerpo y el consentimiento, es posible comenzar a empoderar a los más pequeños para que identifiquen situaciones de peligro y aprendan a expresar sus emociones. Sin embargo, también es vital que existan protocolos claros en las escuelas, con un seguimiento adecuado por parte de las autoridades para garantizar que ningún caso pase desapercibido.

En última instancia, la clave está en la colaboración entre educadores, padres y especialistas. Es importante que la educación sexual infantil deje de ser un tema tabú y se convierta en una herramienta fundamental para proteger a los niños de un daño irreparable. Solo mediante un esfuerzo conjunto será posible reducir la incidencia de estos crímenes y brindar a los niños la seguridad que merecen para crecer y desarrollarse plenamente.