Claudia Sheinbaum rinde protesta como primera presidenta de México: en su discurso rinde culto a AMLO, defiende militarización y reforma judicial e ignora a las víctimas de la violencia

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Claudia Sheinbaum recibió la Banda Presidencial y asumió como la primera presidenta de México para el periodo 2024-2030 en una ceremonia en la que ni una palabra le merecieron las víctimas de la violencia, que en el sexenio que concluyó llegaron a 200 mil personas asesinadas y más de 50 mil desaparecidas tan solo en este periodo.

Previo a recibir la Banda Presidencial, Sheinbaum rindió protesta para convertirse así en la presidenta número 66 en la historia de nuestro país, y será la primera mujer en ocupar el cargo en 200 años de República.

Tras rendir protesta, Claudia Sheinbaum Pardo abrió su discurso exaltando a Andrés Manuel López Obrador como uno de los mejores mandatarios de México.

«Hoy lo decimos con certeza y sin temor a equivocarnos, la historia y el pueblo lo han juzgado. Andrés Manuel López Obrador, uno de los grandes, el dirigente político y luchador social más importante de la historia moderna, el presidente más querido, sólo comparable con Lázaro Cárdenas, el que inició y termina su mandato con más amor de su pueblo, y para millones, aunque a él no le gusta que le digan, el mejor presidente de México».

«Se retira de la vida pública como un demócrata y maderista, a luchar desde otra trinchera», reiteró, cediéndole su momento histórico a su mentor político.

Desde la tribuna de San Lázaro, Sheinbaum agradeció la presencia de diversos mandatarios y los representantes diplomáticos que asistieron a la toma de protesta y aseguró que el «avance» en México se ha debido gracias al «humanismo mexicano», nuevo modelo de desarrollo surgido del «amor al pueblo».

En presencia de la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación Norma Piña -a quien López Obrador se negó a saludar-, Sheinbaum defendió la reforma judicial, de la cual aseguró que en unos años todos estarán «convencidos»; negó que exista militarización y un camino hacia el autoritarismo; afirmó que se protegerán las libertades de expresión, culturales, sexuales y religiosas, refrendó la misma estrategia en materia de seguridad pública y aseguró que no habrá “guerra contra el narco”.

Sin embargo, las víctimas de esa estrategia no le merecieron una sola alusión a la primera presidenta de México, y prefirió dedicarse a “agradecerle” a López Obrador. “Ha sido un honor luchar con usted. Hasta siempre, hermano, amigo, compañero López Obrador”.