Por Sandra Luz Tello Velázquez
Proveedor, rígido, sobreprotector, ausente, en tantas religiones y mitos Dios es padre y el padre es Dios, a lo largo de la historia de la humanidad el poder familiar se le concede a la figura paterna, sin embargo, en la realidad cotidiana puede ser opacado por la relevancia que, para la sociedad tiene la maternidad.
En muchas obras literarias, en el cine y la música la figura del padre es una sombra larga o un fantasma, en muchos casos el centro de implacables juicios, como en la Carta al Padre de Franz Kafka, gran obra de la literatura por su escritura y estética, pero increpante al expresar el miedo y la precaria relación que el autor tuvo con su padre
En Retrato de un hombre invisible, Paul Auster expresa su conmoción tras la muerte de su padre, en cuya obra se percibe un tono dominado por la frustración, debido a los asuntos pendientes tras el deceso de su progenitor, así mediante la ficción deja pistas para reconocer el frío y distante carácter del padre muerto, por otra parte en El libro de la memoria, el autor desarrolla reflexiones acerca del rol de hijo, que va encadenando su propia paternidad y hasta cierto punto un sentido de orfandad.
Por otra parte, las letras universales han reivindicado a la paternidad, mostrando el amor y el compromiso del padre, como ocurre en Los Miserables, novela en la que Víctor Hugo muestra el sentido del hombre cuidador, protector, amoroso en la figura de Jean Valjean, quien a pesar de no ser el progenitor de Cosette la acoge convirtiéndola en el centro de su lucha.
En cuanto a la poesía lírica, las Coplas a la Muerte de su Padre de Jorge Manrique, son un ejemplo nítido de la admiración y el respeto frente a la figura del padre. Otro ejemplo es Algo sobre la muerte del Mayor Sabines elegia escrita por Jaime Sabines, en la que muestra su admiración a la fortaleza de su padre, quién era el tronco invulnerable y tras su partida todas las ramas que de él se sostenían se cimbran hasta sentir miedo.
La ficción y el arte poético han producido obras maestras abordando la figura paterna pasando de la admiración al miedo, mostrando al ser complejo y su redención, a veces con rabia otras con amor o admiración surgen las historias de padres e hijos, se reconoce la omnipresencia o la ausencia del padre para transformar el sueño de ser el gran héroe o el pequeño indefenso resguardado bajo el ala del padre.
Por último, es evidente que los elogios por la bendición de la vida están destinados a la madre, cuya figura es inequívocamente esencial para el desarrollo humano, sin embargo, cuando reconocemos el milagro de la paternidad, desde la posibilidad que nos brinda mantener los pies en la tierra y cobijarnos bajo una racional protección, el camino de cualquiera se vuelve más sencillo.
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