Por Lyneth Santiago
A pocos días de la marcha por el orgullo LGBTIQ+ en Xalapa, Ver., que se llevará a cabo a partir de las 18:00 hrs., este 15 de junio, iniciando desde el Panteón de Palo Verde hasta Plaza Lerdo, es importante recordar cómo fue que comenzó el movimiento de la comunidad para luchar por sus derechos, para gritar quiénes son, y para poder amar con libertad.
Nadie debería ser juzgado, agredido o estigmatizado, sólo por tener la libertad de amar.
Origen
Todo comenzó en 1969 en New York, Estados Unidos, cuando cientos de personas salieron a luchar y visibilizar su orientación sexual en aquella época. Esto detonó que muchas personas en diversos países tuvieran la valentía de recorrer las calles para gritar el orgullo que sienten al formar parte de la comunidad LGBTIQ+.
Ahora bien, en junio de 1979 se llevó a cabo la primera marcha LGBTIQ+ registrada en el país, donde la Ciudad de México fue sede de este movimiento titulado “Marcha del Orgullo Homosexual de México”, en la que cientos de personas se reunieron en la ya extinta Plaza Carlos Finlay, donde se exigía el fin de los abusos hacia la comunidad.
Cada uno de los movimientos en pro de la comunidad LGBTIQ+ en los países fue desencadenado por algún suceso que marcó el límite de la represión. Por ejemplo, en México fue a partir de el suceso de 1901, donde 41 hombres homosexuales fueron detenidos en la Ciudad de México, puesto que muchos arrestados portaban “ropa de mujer”.
Este suceso dejó una gran cicatriz en la comunidad LGBTIQ+, pero también dio paso a la liberación homosexual, misma que hasta el día de hoy exige un alto a la discriminación y el poder tener los mismos derechos que los demás, una comunidad que no quiere ser silenciada, que no quiere ser dañada y que sólo busca amar con libertad.
¿Qué significado tiene la marcha por el orgullo LGBTIQ+ para la comunidad?
Significa resistencia. Resistencia que aunque varias veces ha tratado de ser silenciada, no lo han logrado. Resistencia por aquellos que ya no están y que murieron por amar libremente. Resistencia por quienes dejaron un legado en la literatura, en el arte, en el cine, entre otros.
Significa libertad. Libres para amar. Libres para gritar. Libres para luchar. Libres para exigir. Libres de poder salir a la calle de la mano con la persona que aman.
Significa lucha. Luchar por aquellos derechos que deberían tener como cualquier otro ser humano. Luchar por romper los prejuicios y estigmas que aún existen. Luchar para no tener miedo de ser libres. Luchar para que los crímenes de odio no queden impunes. Luchar para no ser agredidos nunca más.
Significa valentía. Tener valentía para decir quiénes somos. Tener valentía para expresarnos. Tener valentía para no temer por amar. Tener valentía para poder “salir del clóset”. Tener valentía para ir en contra de lo impuesto por la religión. Tener valentía para poder decirle a la familia quién eres.
Porque para la comunidad LGBTIQ+, salir a las calles a marchar significa resistencia, libertad, lucha y valentía. Porque durante años esta comunidad ha sido silenciada por no amar de la forma “tradicional e impuesta” por la sociedad. Porque esta comunidad ha luchado por mucho tiempo por poder salir a la calle sin el miedo de ser agredido verbal o físicamente.
Porque la marcha LGBTIQ+, significa SER. Es romper con esa ideología que ha venido siendo impuesta por las viejas generaciones, que muchas veces no comprenden que la libertad de expresión existe y resiste.
El arcoíris
A dos años de que el matrimonio igualitario fuera aprobado en el estado de Veracruz el 13 de junio de 2022, la lucha sigue.
Esta fue una conquista de la comunidad LGBTIQ+, que resistió y luchó por sus derechos, una lucha política y social que permitió que los derechos no fueran violados y que todas las personas, sin distinción de género, pudieran formar un matrimonio.
Sin embargo, en el estado de Veracruz, tan solo en lo que va del año, se han registrado alrededor de ocho crímenes de odio. Personas de la comunidad LGBTIQ+ que han perdido la vida a causa de la homofobia.
El odio hacia la comunidad LGBTIQ+ es creciente y hace daño a la diversidad sexual, es por ello que las marchas continúan haciéndose, para dar a entender que no los han silenciado, que van a resistir hasta que toda esta ola de violencia en contra de la homosexualidad termine.
Ser parte de la comunidad LGBTIQ+ no es un delito, amar con libertad no es un delito. Lo que sí es un delito es la injusticia y la discriminación que a diario sucede en el país y a la cual no se le presta la atención necesaria.
Aún faltan más cosas por cumplir, cosas por las cuales luchar, derechos por exigir y prejuicios por romper. La lucha es constante y es diaria.