Sigue perdida y sin rumbo
Por Javier Solórzano Zinser
A más de una semana la oposición PAN-PRI y lo que queda del PRD siguen sin tener una lectura clara del porqué de su abrumadora derrota.
Las dirigencias de los partidos están en las quejas reclamando fraudes como si nada profundo hubiera sucedido, como un mecanismo de defensa. Es evidente que no quieren dejar sus cargos a pesar de ser parte directa de la abrumadora e histórica derrota. En lo personal no tienen de qué preocuparse porque tuvieron el buen cuidado de colocarse primeros en la lista para el Congreso.
Más incierto no puede ser el futuro para la oposición. No pueden seguir siendo lo que han sido y no se asoma un espíritu autocrítico que proyectara intentos de reinvención.
Las voces más sensatas no se escuchan, como se aprecia con las entrevistas a Beatriz Paredes y a Damián Zepeda, quienes apelan a una revisión profunda de los partidos, lo contrario va a ser su eventual desaparición. No hay un solo indicio en el PRI y en el PAN que estén escuchando voces como éstas.
En el PRD no lo entendieron y hoy se encuentran penosamente sacando lo que queda del partido de las oficinas de Benjamín Franklin. Pero en medio de todo esto, el principal dirigente seguramente alcanzará un escaño en el Congreso.
Lo que estamos viendo confirmar: que dejaron sola a Xóchitl Gálvez. Buscaron colocarse quizá bajo la idea de que no había manera de vencer al oficialismo. Lo que no se pierde de vista es que, si hubieran estado con ella a fondo, las cosas tendrían variantes. Si se hubiera diseñado una campaña integral el resultado podría haber beneficiado a la oposición en su conjunto; lo que sí es un hecho es que no había manera de vencer a Claudia.
Si fuera cierto que Marko Cortés le reclamó airadamente a Xóchitl por salir a reconocer su derrota, en un absurdo por retrasar la decisión con una diferencia de 30 por ciento, confirma que el dirigente del partido quería cobrar o crear un escándalo en donde no lo había.
Con escenarios definidos, con dirigentes aferrados a sus cargos y con el PRD fuera de la jugada, lo que le viene al Congreso terminará por ser una visión unilateral, lo cual dependerá de las convicciones políticas del oficialismo. Estará en la mayoría escuchar y atender a las minorías en tiempos en que se quieren y requieren hacer una serie de cambios profundos.
Hay reformas que sin duda merecen el consenso, pero otras terminarán por ser aprobadas en la unilateralidad, podríamos ver nuevos capítulos del ‘voy derecho y no me quito y no le cambien ni una coma’.
El ocaso de la oposición tiene secuelas de enorme gravedad. El oficialismo va a tener como su interlocutor muy probablemente al propio oficialismo. La oposición podrá hacer ruido, pero muchas asuntos de primera importancia podrían terminar por definirse al interior de Morena. El partido ha adquirido un enorme poder y al estar conformado por diferentes tendencias, grupos o tribus, según quieran decirle, muchos asuntos se definirán bajo la dinámica interna, para la futura Presidenta va a ser más difícil lidiar con Morena que con la oposición.
Al continuar en terrenos de no hacer un profundo acuse de recibo de las elecciones, la oposición deja más vacíos, los que bien se sabe, se llenan de manera inevitable. Siguen sin tener un acuse integral del 2018. En 2021 se presentó un momento que consideran el inicio de la caída de la llamada 4T, lo cual ya se vio no es cierto.
En el 2024 perdieron abrumadoramente y lo peor es que también perdió el país. El oficialismo puede caminar tranquilo por la calle, sin tener un interlocutor que al menos lo cuestione o inquiete, lo cual para gobernar es particularmente delicado.
RESQUICIOS.
Independientemente de la múltiples especulaciones, la reunión del Presidente con la próxima Presidenta tiene elementos positivos. Como en pocas ocasiones en la historia reciente, existen innumerables puntos de coincidencia entre quien entra y quien se va. Lo definitivo es que esto no necesariamente le quita la inquietud a los necesarios mercados.