¡Por fin!
Por: Javier Solórzano Zinser
Ha sido muy largo el proceso electoral que tendrá el domingo su momento climático con las elecciones. Vendrá posteriormente una etapa en la que se presentarán inconformidades y todo tipo de denuncias para lo cual tenemos instancias diseñadas para atenderse.
En función del desarrollo del proceso cabe esperar una buena cantidad de inconformidades, a la vez que también podríamos tener acomodos políticos, en función de los resultados que eventualmente nos pudieran colocar también en escenarios de violencia política poselectoral.
No hay que perder de vista la posibilidad de que debido a que se adelantó el proceso electoral en una flagrante violación a la ley, pudieran presentarse denuncias independientemente de quien haya ganado la elección presidencial. Una de las razones por las cuales el proceso nos ha parecido tan largo se debe a que entre el oficialismo y la oposición del PAN-PRI-PRD se dedicaron a adelantar los tiempos. Primero fue el partido del Presidente encabezado por el mismísimo López Obrador, en tanto que la oposición no se quiso quedar atrás ni dejar “vacía la plaza”, como dijeron en lo público y lo privado, para también hacer una encuesta o algo parecido declarando a Xóchitl Gálvez como su candidata.
En buena medida todo terminará el domingo con el voto ciudadano. Muy probablemente más de alguno y alguna se declarará triunfador, tratando de ganar espacios ante lo cual lo más sensato y prudente es que los ciudadanos tomemos como punto de partida el conteo rápido del INE y lo que cerrando el día informará la presidenta del Instituto.
No es del todo cierto, como lo plantea el Presidente y las dos candidatas que lo único que haya enfrente sean dos proyectos. En muchos estados existen proyectos locales que se van convirtiendo en opciones alternas, más allá de lo que plantean las punteras en las encuestas. Hay un tono de centralismo muy claro que olvida lo que sucede en muchos estados y comunidades del país en donde existen diferencias con muchos más matices que los que nos plantean Claudia y Xóchitl.
En muchas de las elecciones de los más de 20 mil cargos en juego no queda claro qué pudiera terminar pasando. Se podría pronosticar que en Veracruz y Morelos la elección podría terminar bajo resultados muy apretados. Sin embargo, las encuestas en un buen número de casos siguen mostrando una ventaja para el oficialismo, a pesar del desastre que los gobernadores de estas entidades van dejando en sus estados.
Otro de los enigmas dominicales es el Congreso. El Presidente y su candidata están apostando el resto por tener cámaras legislativas bajo su pleno control. Si nos atenemos a las elecciones del 2021, el resultado podría estar acompañado de un equilibrio de las fuerzas políticas con una mayoría del oficialismo. Por ahora no hay muchos indicios de qué pueda pasar, pero no se pierda de vista que lo que se juega en el Congreso es clave para la gobernabilidad, gane quien gane.
Estos días las redes se han convertido en un previsible ring. Se dicen cosas, se lanzan acusaciones, se dan a conocer audios y videos en que no queda claro si son ciertos o no, lo que importa en el sprint final es llamar la atención para desacreditar al adversario.
De aquí al domingo todo se va a agudizar y más porque no hay manera de tener claridad respecto a quienes utilizan las redes con estos fines. No dude que aparezcan influencers y similares quienes por un “puñado de dólares” nos “inviten” a votar por algún partido o candidato como de hecho ha sucedido ya en varias ocasiones.
Por fin vamos llegando al desenlace de un larguísimo proceso con la elección más grande de la historia.
La pelota está en nuestra cancha.
RESQUICIOS.
Hasta el final el Presidente estuvo en las campañas. De poco sirvieron las observaciones del INE. Bajo el “mi pecho no es bodega” y “no me pueden cortar la libertad de expresión”, el Presidente actuó de la misma manera en que criticó a otros mandatarios por hacer, en algún sentido, lo mismo que él.