Por Ruby Soriano
Ahora que arrancan en su totalidad las campañas electorales en México, se tiene que tener plena consciencia que quienes militan en el partido gobernante (Morena) irán a las urnas a votar a decenas de priistas que de la noche a la mañana se dieron a la conversión exprés a izquierdistas de ornato.
Varios de los candidatos morenistas han empezado a promover el voto en bloque a favor de la marca guinda, sin que esto pueda vislumbrarse como estrategia exitosa, sobre todo, porque muchos de quienes irán como suplentes o titulares en candidaturas, aún figuran en los desgastados y vacíos padrones del Revolucionario Institucional que gobernara en México por 70 años.
El fenómeno de saturar con priistas las filas “morenistas” ha sido una de las más desafortunadas estrategias de los dirigentes del partido gobernante, quienes, siguiendo la línea de abrir las puertas a todo priista, se quiso “pluralizar” un neomorenismo que terminó transformado en una raquítica caricatura del partido de las izquierdas, que hoy yace saturado por ex militantes del tricolor, quienes llegaron con todo y las viejas prácticas de negociación.
La invasión del priismo en Morena es una bomba de tiempo, aunque la quieran disfrazar de una falsa unidad sustentada en poses de fotografías que en nada reflejan la indignación que persiste entre los fundadores del partido gobernante.
Los priistas se mudaron a Morena con todo y las viejas prácticas y mañas propias de la temporada electoral.
Dicha conversación dejó en claro los jaloneos internos entre neomorenistas que están dándose con todo y exhibiendo el desbordante dinero que está circulando en torno a las campañas del partido en el poder.
Han sido reiterados los análisis y pronósticos que señalan la dificultad a la que se enfrentará Morena para lograr en las urnas un “carro completo”. Es muy previsible que haya un voto diferenciado plagado de ajustes de cuentas.
Para muchos, los morenistas transgredieron varias líneas de honorabilidad donde permitieron el arribo de lo más negro y corrupto del tricolor.
Sobran nombres y apellidos con los que se puede armar un competo mapa de corrupción que hoy está en la primera línea del juego morenista, con cinismo y amnesia para empezar a aprenderse de memoria las palabras y silogismos usados en un movimiento que terminó reclutando a todos aquellos que en el pasado fueron verdugos y perseguidores.
@rubysoriano @alquimiapoder