El soldado de la Policía Militar, Fernando Isaías Pérez López, no sabía nadar y aun así fue obligado por sus mandos a meterse al mar de Ensenada junto con decenas de cadetes, pese a que la Capitanía de Puerto había decretado bandera roja por oleajes de hasta 4 metros de altura.
Isaías, de 18 años y oriundo de Altotonga, Veracruz, murió junto con otros seis cadetes tras ser arrastrados por las olas.
“Mi hijo no sabía nadar, no es lo mismo nadar en un río a nadar en el mar. Mi hijo apenas estaba aprendiendo”, contó su madre María del Consuelo López, desde Ensenada, donde se encuentra el Centro de Adiestramiento de la Secretaría de la Defensa Nacional, en el cual se encontraba su hijo.
“Somos originarios del estado de Veracruz y ahí precisamente hay un río. Él hacía lo posible porque le gusta mucho el río y el agua, pero él no sabía nadar”.
En el marco de las indagatorias de la Fiscalía de Justicia Militar por la novatada reportada el 20 de febrero, familiares acudieron a El Ciprés para exigir justicia y respuestas sobre lo que pasó con los cadetes (seis de la Policía Militar y uno de Infantería) que realizaban el curso para ingresar a la Guardia Nacional.
Los jóvenes iban a terminar esa fase de adiestramiento el pasado 2 de marzo.
Dos días después de que fueron obligados a meterse al mar, familiares de los jóvenes enviaron una carta al Presidente Andrés Manuel López Obrador por “las prácticas militares irresponsables” que ordenó el Teniente Coronel David López Ordaz, quien se encuentra detenido.
Familiares de los siete cadetes que murieron exigen que la tragedia se investigue como homicidio y que se haga justicia para sus hijos.
Así mismo, señalaron a las Fuerzas Armadas como “un monstruo” del que desconocían su estilo de trabajar con jóvenes.