Petróleos Mexicanos (Pemex) anunció este sábado que la producción comercial de gasolina y diésel en la nueva refinería Olmeca estará “a plena capacidad” a fines de marzo, meses después de que se cumplieran otros plazos de producción anunciados previamente para la obra inaugurada en julio de 2022.
Pemex informó a principios de diciembre que estaba revisando las instalaciones de la refinería, situada en el puerto Dos Bocas, en Tabasco, para planear las “fechas de arranque” de uno de los proyectos insignia del presidente Andrés Manuel López Obrador.
“En unas cuantas semanas más, esta gran refinería, esta gran obra, va a entrar en producción comercial; vamos a iniciar primero produciendo diésel, luego gasolina regular y a fines de marzo ya estaremos (…) a su máxima capacidad”, dijo el sábado el director de la empresa, Octavio Romero, en la red social X.
En septiembre, la entonces secretaría de Energía, Rocío Nahle, informó que ya se estaba produciendo gasolina primaria en Olmeca y que había recibido su primera carga de crudo. El propio López Obrador aseguró entonces que Olmeca estaría produciendo decenas de miles de barriles de combustibles a finales del 2023.
Ambos anuncios fueron vistos con recelo por expertos y directivos de la propia Pemex, quienes hablaron de forma anónima. Olmeca tiene una capacidad de 340 mil barriles por día (bpd), y su costo se duplicó desde la promesa inicial de 8 mil millones de dólares.
Romero agregó en su mensaje en X que otra refinería de Pemex, Deer Park, adquirida en el estado Texas (Estados Unidos) hace dos años, está dando resultados “excelentes”. “En el primer año, se pagó la refinería y con las utilidades de ese año prácticamente se recuperó lo que nos había costado”.
López Obrador, que termina su mandato de seis años en octubre, ha prometido alcanzar la autosuficiencia en combustibles para el 2024 con Olmeca y Deer Park, mejoras en las otras seis refinerías del país y la operación de dos coquizadoras que aún están lejos de entrar en funcionamiento.
Mientras, Pemex, la empresa estatal de energía más endeudada del mundo, sigue importando ingentes cantidades de gasolinas y diésel, aunque en menos cuantía que en el sexenio previo.