Por Ruby Soriano
En una sociedad que a empujones y mucha presión sigue abriendo caminos para la inclusión y la paridad, nunca será opción justificar la violencia de género en cualquiera de sus modalidades.
Sin embargo, las mujeres también tenemos que estar mucho más conscientes del camino que le hemos dado a ese combate de la violencia de género.
Es duro percibir que las mujeres seguimos formando parte de ese mapa de violencias que se gestan en la política, en el sindicalismo, en las empresas, en el campo, en la educación y en el activismo.
Pero el planteamiento también nos obliga a detenernos para hacer críticas imparciales hacia muchas mujeres que deciden darle a esa violencia matices de montajes, colores políticos, fragilidad premeditada.
Es verdad que muchas mujeres en México siguen siendo víctimas de violentadores pero también de otras mujeres, que amparadas en su género, pretenden desvanecer la etiqueta de verdugos.
Falta un gran camino para erradicar las violencias en un país donde persiste el machismo y también la otra modalidad del mismo, es decir, el machismo feminista.
Las mujeres seguimos siendo en nuestro país una estadística dolosa en este rubro, sin embargo, también es momento de empezar a hablar de las violencias genéricas, pues el machismo feminista emerge y está presente para utilizar al género como Santa Inquisición o bien como artífices para la re victimización.
De pronto, algunas mujeres están usando al “genero” para hacerse de candidaturas, para re victimizarse en procesos jurídicos, para construir narrativas de violencia y evadir señalamientos de corrupción.
Como una sociedad donde hemos defendido el poder de la inclusión y diversidad, tenemos que empezar a darle el justo lugar a las violencias genéricas y reconocer los perfiles de mujeres que violentan, censuran, atacan o se alinean a las lides patriarcales con todo y lo que eso representa.
Las mujeres no podemos utilizar con ligereza los señalamientos de violencia para convertirnos en verdugos de hombres y también de más mujeres que son víctimas de la impunidad que cobija al machismo de género.
Ignorar que esto ocurre es como hablar de totalidades cuando las mujeres aún tenemos mucho por aprender en el combate de las violencias que se ejercen en contra nuestra y que nosotros ejercemos en contra de más mujeres y hombres.
Los ataques y señalamientos en contra de mujeres por su condición de género, pueden derivar en procesos muy bien argumentados que exhiban las violencias de una sociedad donde persiste el machismo.
Hagamos del combate a la violencia de género una auténtica acción para evitar que las mujeres sigamos enfrentando vejaciones, ataques, presión.
Evitemos ignorar la corresponsabilidad que, como parte del género, tenemos miles de mujeres en México, para cumplir a cabalidad con nuestros derechos y obligaciones que nos impidan evadir la legalidad en un proceso que está muy lejos de evitar la violencia y atraer propiamente la impunidad.
@rubysoriano @alquimiapoder