Una lonita

Share

Por Uriel Flores Aguayo

Una lona de propaganda morenista en una casa pude verse como una más o pasar desapercibida. Se piensa que únicamente es una inocente lona. Hay quien dice que representa cien o doscientos pesos solamente. Pues no. Esa lonita es una en millones, es el botón de la inmensa farsa y corrupción morenista.

Es una lonita que se ha cambiado cuatro o cinco veces en dos años. En el caso de Veracruz son dobles, candidatas presidencial y a la gubernatura. Si hablamos del país, hablamos de millones de lonitas y muchos millones de pesos.

A esas lonitas hay que agregar las pintas en bardas, los espectaculares, los medallones, las calcomanías, las playeras y abundantes utilitarios. Todo ostentado en diversas y actualizadas presentaciones. Es un gasto estratosférico y multimillonario. No lo dicen, por obviedad, no hay transparencia, y la sociedad no sabe el origen de esos recursos. No son cacahuates.

Sin información oficial, solo queda especular: puede provenir el dinero del presupuesto, de la corrupción o del narcotráfico; o de esas tres fuentes. En todo caso están robando recursos a la salud y a la educación, comprometiendo obras de calidad y la seguridad de los mexicanos. Estos mitómanos saben que no será fácil ganar a la buena. No tienen ningún tipo de escrúpulos. Nadan en dinero sucio. Sus operadores siguen enriqueciéndose.

Una sola lonita es como una especie del efecto mariposa; es la punta de la madeja. Una inocente lonita, repetida millones de veces en todo el país es una tonelada de dinero. Hay quienes las reciben agradecidos por algún programa social; otros son obligados. En ambos casos son cómplices, por acción u omisión, de la maloliente corrupción morenista.

Cuando vean una lonita piensen en las medicinas que se dejan de adquirir, en el mal estado de los hospitales, en los caminos con baches, en la falta de oportunidades laborales, en la inseguridad y la violencia. Todo eso y más, está atrás de una lonita. Ya ven que no es inocente que coloquen hasta la saciedad lonitas de Claudia y Rocío.

Son torpes: ponen propaganda continua, en saturación; eso molesta a la gente y es totalmente inútil para difundir a sus corcholatas. De la ley ni hablamos. No respetan y no saben qué es eso. Se agrava su conducta delictiva por la soberbia del poder y la brutal ignorancia que los acompaña. Caerán de veinte mil metros de altura. Son un tigre de papel.

Recadito: Tránsito Estatal es una especie de delincuencia organizada.