Donde hay una creciente inestabilidad es en el Ayuntamiento de Córdoba ante el clima de acoso laboral y político emprendido por la síndica Vania López González contra sus compañeros ediles, directores y jefes de área, quienes la responsabilizan por las campañas negras y guerra sucia contra varios de ellos. Seguro que eso se lo aprendió al diputado de Morena Juan Javier Gómez Cazarín, quien además le permitió -¿con moche incluido?- hacer turbios negocios en el Congreso del Estado mediante convenios publicitarios con medios apócrifos y con quien sigue ligada. ¿Y el alcalde Juan Flores? En la baba, mientras le comen el mandado.
GUERRA SUCIA EN CÓRDOBA
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