Por Uriel Flores Aguayo
Tal vez no pueda opinar con profundidad y en detalles porque sólo estuve dos días, la semana pasada, en Coatzacoalcos. Aun así hago algunos apuntes de primera impresión y cierta información previa sobre el momento y las condiciones generales que vive esa ciudad del sur de nuestro estado de Veracruz.
Es notable el deterioro y cierto descuido en fachadas de casas y camellones, incluso en el centro de la ciudad. A las ocho y media de la noche casi todo el comercio del primer cuadro se encuentra cerrado; incluso el tradicional restaurante Colonial cierra sus puertas a las cinco de la tarde. El malecón, esa extensa avenida otrora colorida y festiva, asemeja una zona de guerra. Es un deprimente espectáculo gris y sucio. Hoteles y restaurantes cerrados con un descenso severo de actividades y pérdidas económicas. La plaza comercial Forum, la principal de la ciudad, funciona con muchos locales cerrados; ahí conocí el restaurante Applebees, que después frecuenté en Puebla y la CDMX, y ahora ya no existe. Más o menos ese mal aspecto se ve en la congregación de Villa Allende.
Es obvio que la ciudad anda mal y mucho tuvo que ver la inseguridad y ola de violencia. Las clases medias altas se han ido, lo cual ha impactado en el comercio, los empleos y la actividad económica en general. Supongo que se llegó a estos niveles de deterioro por la negligencia y omisiones de todos los niveles de gobierno y que no será nada fácil revertirlo. Incluso con un alcalde como el actual, Amado Cruz Malpica, que es una persona seria y congruente.
Coatzacoalcos vive problemas ya estructurales que requieren estrategias y programas especiales de solución. Antes que nada se debe atender con visión de Estado y con autoridades de nivel superior. Es una pena y desgracia que haya llegado a esos niveles. Los veracruzanos nos debemos solidarizar con nuestros paisanos de Coatzacoalcos.
Hace algún tiempo frecuentaba oficinas de la Fiscalía del Estado en la calle Miami de Xalapa. Me parecían descuidadas y poco aptas para su trabajo y atención ciudadana: deterioradas, poco personal y equipo precario. Recientemente acudí a unas oficinas de dicha fiscalía en Coatepec. Creo que están en peores condiciones que las otras. La gente en la calle esperando bajo los rayos del sol, una parte de las oficinas con techo de lámina, pobre equipo y escaso personal.
Creo que ésa es la idea de procuración de justicia que tienen en el gobierno estatal; eso piensan que nos merecemos. Si en lugar de festivales y gastos faraónicos en estadios se destinarán recursos para dignificar las instalaciones de la fiscalía, tendríamos confianza y acceso a la justicia. Se requieren oficinas modernas, personal suficiente y profesional, así como equipo técnico y vehicular para que se responda a las demandas de justicia de los veracruzanos .
Recadito: las marchas en defensa del voto y feminista dan cuenta de una sociedad con vitalidad y lista para compromisos mayores.