Quebradero

Share

Ahí viene el choque

 

Por Javier Solórzano Zinser

 

En los próximos días, si no es que esta misma semana, se va a presentar en Comisiones en la Cámara de Diputados la Reforma Electoral del Presidente.

Por la forma en que los partidos de oposición se han manifestado todo apunta a que no será aprobada. Es por ello que los diputados de Morena quieren pasar rápido el trámite de discutirla en comisiones a sabiendas de lo que presumen con razón que va a pasar.

Quieren llevar de inmediato la reforma al pleno para poder poner en marcha el llamado Plan B del Presidente. Con esta estrategia estarían buscando aprobar una serie de propuestas colaterales para las cuales tiene mayoría para hacerlo. López Obrador ha insistido en que los cambios no serán constitucionales, pero sí serán legales.

Todo indica que el debate a profundidad de este planteamiento estará en el Senado. La oposición no quiere dejar pasar ninguna propuesta que rompa con la estructura que actualmente tiene el INE. No queda claro qué puede acabar pasando, porque el Plan B, por más que se apruebe en el Legislativo, puede ser frenado con amparos ante la Corte. Algunas de las propuestas que se han dado a conocer seguramente serán impugnadas, porque a decir de especialistas rompen el marco constitucional del INE.

Lo que queda claro es que por más que los actores políticos hablen sistemáticamente de que están dispuestos a debatir, no hay indicios de que exista ánimo para ponerse de acuerdo.

Si el titular de Gobernación cree, como lo dijo hace unos días, que la marcha del domingo 13 fue una caricatura esto da una idea de lo que piensa él y el gobierno sobre las protestas en contra de la Reforma Electoral.

Las diferentes formas por las que han pasado los objetivos de la marcha del próximo domingo muestran rasgos de confusión y devaneos. Igual se habla de que será una fiesta; se menciona que es el marco del 4º informe; está también la idea de que hay que volver a ganar la calle, pero lo que cada vez aparece con menos frecuencia es el apoyar la reforma del Presidente, lo cual era hace unos días el objetivo de origen.

Tantas referencias a la marcha del 13 de noviembre por parte de las autoridades, en donde prevalece el menosprecio y el descrédito, pudiera ser una evidencia del peso real que tuvo, el cual por más vueltas que le den no se quiere reconocer del todo.

Un ejemplo de ello es meterse en la rebatinga de cuántas personas fueron a la manifestación. Lo que se busca es menospreciar la marcha, porque si alguien sabe un número cercano de quienes asistieron es la autoridad con base en toda la información que tienen.

Por más críticas que se hagan, en la marcha participó un número mucho mayor de personas de las que han hecho referencia las autoridades.

Es difícil que vayan a cambiar los escenarios en los próximos días. Muy probablemente la reforma no será aprobada y nos meteremos en una larga espiral de juicios y asuntos legales con el Plan B, lo que al final no nos llevará muy lejos, de no ser a terrenos de confrontación que seguramente tendrán secuelas en las campañas políticas del año que entra y del 2024.

Escuchando a diferentes legisladores nos queda la impresión que, si bien están dispuestos a debatir, no se les ve la más mínima disposición a cambiar absolutamente nada de la reforma o a ceder sobre ella.

Lo lógico sería que se hicieran algunos cambios, pero que la gran discusión se tuviera después de las elecciones presidenciales. Esto no va a pasar, porque para el Presidente los cambios en el INE son fundamentales para la continuidad de su proyecto político, Morena no tiene todas las canicas.

Vamos a un choque inevitable. No se ve que alguien puede ganar en este lance.

RESQUICIOS.

No llegó el grito de gol, pero el grito que acompañó a todo el país fue el de la parada de un penalti de Guillermo Ochoa, terminó siendo como si hubiera sido un gol. Como imaginábamos el Tri mostró otra cara, que más que echar las campanas al vuelo, genera certezas de que los 11 de la tribu son competitivos.