Por Ruby Soriano
Los tirones de la economía mexicana han mantenido en vilo a sectores que conforman cadenas productivas claves no sólo para el mercado de las exportaciones, sino también para la reactivación del mercado interno.
Es verdad que la industria de la construcción es un gran termómetro económico nacional, sin embargo, los empresarios textiles y de la confección se han mantenido estoicos frente a lo que representó un alud de pérdidas con la pandemia y posteriormente con las raquíticas medidas económicas de un gobierno de México al que le cuesta entender el lenguaje de la modernidad, desarrollo y reactivación económica que urgen cadenas como la textil y del vestido.
A dos años de la pandemia y con grandes intermitencias en inversiones, sostenimiento de empleos y reapertura de empresas, este gremio toma un respiro para emerger de sus propias cenizas y buscar los equilibrios en el T-MEC y en una economía nacional apuntalada con alfileres.
Por décadas los empresarios mexicanos de las industrias textiles, del vestido y del calzado le han dado la oxigenación a sus propios sectores, en momentos donde enfrentaron etapas terminales.
No sólo han sido los engorrosos capítulos del T-MEC y la eterna piratería que los sigue golpeando de manera descomunal. También ha sido el grave incremento de la violencia y de los robos de mercancías en carreteras mexicanas, lo que sin duda representan pérdidas millonarias para este sector.
La cadena de fibras, calzado y confección está encarando un momento crucial donde a pesar de la ausencia de programas de apoyo y de medidas económicas que otorguen un blindaje a la inversión y al empleo, han cerrado filas para la recomposición de estos tiempos no tan favorables.
Es una realidad que muchos de estos empresarios siguen apostados con sus capitales en un país donde los tiempos violentos inhiben inversiones y trabajo.
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador sigue distante y renuente a encarar esas demandas de industrias que han marcado una gran parte de la fuerza laboral nacional a través de textiles, hilos, algodón, prendas de vestir y calzado.
Este gremio empresarial se ha revolucionado con los nuevos tiempos dando paso al liderazgo de jóvenes dirigentes como en los casos de Manuel Espinos Maurer al frente de la Cámara Nacional de la Industria Textil y Emilio Penhos Mougrabi en la Cámara Nacional de la Industria del Vestido, una excelente mancuerna que ha permitido dinamizar y fortalecer a esta cadena productiva.
Ayer concluyeron los trabajos de la VI Convención Nacional Cadena Fibra, Textil, Vestido, Calzado, cuyos ejes fueron la consolidación de una cadena de valor innovadora y exportable.
La contracción de la economía nacional es un hecho irrefutable que implica un gran reto para industrias como las antes mencionadas, cuyo mejor mérito es la tenacidad y el empuje para seguir creyendo en un México que a la par de la inversión, mira en su fuerza laboral, la mejor garantía para continuar de pie.
@rubysoriano @alquimiapoder