Recibirse, ¿con tesis o sin tesis?
Por Javier Solórzano Zinser
Las tesis para obtener la licenciatura han venido siendo cuestionadas porque no necesariamente son el instrumento de evaluación para conocer el desarrollo de los estudiantes.
No hay duda que el examen profesional es un importante elemento académico y también es una forma de reconocimiento social, hay mucho de parafernalia en ello. Habrá que preguntarse si se debe conservar como hasta ahora, siendo que en muchos casos no hacer la tesis, en las instituciones en que se exige, se convierte en un problema para los estudiantes el cual les impide recibirse.
La semana pasada el ingeniero Slim hizo referencia a ello con argumentos que son dignos de atención. Los estudiantes no terminan la carrera porque muchas universidades les exigen una tesis que, si no la hacen, puede pasar que se tomen muchos años para recibirse o de plano no lo hagan, porque para hacerlo se tienen que dar tiempo y espacio, el cual no es compatible con sus nuevas actividades.
Algunas instituciones de educación superior han buscado salidas para depurar y facilitar la titulación, al tiempo que buscan instrumentos confiables para la evaluación. El desarrollo de los estudiantes, a lo largo de 4 o 5 años, sigue siendo el mejor instrumento para poder evaluarlos.
Algunas universidades han venido probando mecanismos que han dado resultados. Las tesis tienen a su favor que los estudiantes deben llevar a cabo un proceso que conjunta metodologías, escritura, redacción y consulta de bibliografía, entre otros elementos; sin embargo, existen instrumentos paralelos que permiten a las universidades también conocer su nivel académico.
Si los estudiantes entran en el mercado laboral sin terminar la carrera o sin recibirse, en la gran mayoría los casos terminan por dejar trunco su proceso. Les resulta difícil dedicarle tiempo a su tesis porque ya están bajo la exigencia laboral y quizá familiares, y poco a poco van desinteresándose por cerrar este ciclo.
El mundo laboral los absorbe, lo que los puede llevar a dejar en el olvido recibirse. Entran en un proceso en medio de una fuerte competencia, de la cual no se quieren separar.
La importancia que tiene el que los estudiantes se reciban pasa por el hecho de que se obliguen a cerrar un ciclo, y que tengan la posibilidad de extender su formación académica a través de una maestría o doctorado.
Lo importante está en que las universidades ofrezcan facilidades para que en su último año de carrera empiecen a trabajar en su tesis, en caso de que ésta sea su opción terminal.
Algunas universidades lo están haciendo, lo que permite que los estudiantes, casi en automático, en cuanto reciben sus calificaciones del último semestre, se reciben. Las instituciones de educación superior están obligadas a hacer un seguimiento puntual de los estudiantes a lo largo de su carrera, y si éstos avanzan en el proceso, es porque las universidades son las que los evalúan.
Estas formas están siendo cada vez más consideradas en muchos países. La razón está en que al terminar la carrera y cumplir todos los requisitos como son créditos, servicio social, talleres, asistencia y objetivos de conocimiento, entre otros, en sentido estricto se cumple con los requisitos que la propia universidad exige.
Si un estudiante va aprobando año tras año, quiere decir que la institución le va dando el visto bueno a su proceso.
Facilitar la titulación no significa regalarla. Es más bien buscar la manera de que los estudiantes cierren un ciclo y alentarlos a que lo hagan por ellos y ellas, y por lo que significa para el país una mejor preparación de sus jóvenes.
Es tarea de las universidades obligarse y obligarlos a hacerlo.
RESQUICIOS
El Presidente está arremetiendo con todo contra la Corte y no va a dejar de hacerlo. Quién sabe qué tanto tiene que ver todo esto con las decisiones que están tomando las y los ministros. Como fuere, todo termina por verse como ataques e intimidación que alejan el necesario debate.