*Solidaridad con Edgar Ávila
Por Omar Zúñiga
La semana pasada, la Fiscalía General del Estado de Veracruz, el miércoles 31 de agosto para ser preciso, emitió un escueto comunicado oficial que a la letra dice “Imputan a objetivos generadores de violencia en Xalapa”
“XALAPA, Ver; 31 de Agosto 2022.- La Fiscalía Regional zona centro Xalapa imputó a Ana Lilia “N” alias “La contadora” y Fernando Alfonso “N”, presuntos objetivos generadores de violencia en el municipio, por los presuntos delitos contra las instituciones de seguridad pública, daños dolosos, contra la salud y detentación de vehículo con reporte de robo”.
“El juez dictó como medida cautelar prisión preventiva oficiosa por el término de un año, hechos asentados dentro del Proceso Penal 292/2022.” Con su respectiva foto, con una lona de fondo con las iniciales de la Secretaría de Seguridad Pública y hasta ahí, un par de párrafos y ya; pareciera una detención más.
Este boletín tiene su origen en el Informe Policial Homologado (IPH) que firmaron tres elementos de Fuerza Civil, donde grosso modo, cuentan que los detenidos fueron intervenidos en la congregación El Tronconal de Xalapa, la madrugada del domingo 28 de agosto en horas de la madrugada (3:30 horas más o menos) -es decir tres días antes de que fuera boletinado-, bajo los supuestos de conducir una camioneta café con reporte de robo, que además tenían en su poder armas largas de fuego largas, calibres .762 y .223 (es decir, un cuerno de chivo y un AR15) así como bolsitas con droga (cristal), que no pusieron resistencia y que el varón traía unos madrazos y la boca floreada, “producto de un tropezón al subir a la batea de la patrulla”, jeje.
Sin embargo, en apariencia el asunto tiene mucho más de fondo. Ayer me hicieron llegar un video, tomado por una cámara privada de videovigilancia, con fecha sábado 27 de agosto a las 18:47 horas, probablemente grabado en Córdoba, Veracruz, en el fraccionamiento Arboledas, donde se aprecia una camioneta pick up blanca entrando a un callejón, huyendo de un automóvil oscuro, de cuatro puertas, del que descendieron personas portando armas largas.
Posteriormente, salen del callejón dos personas en momentos diferentes, en estado de indefensión, que fueron subidas al auto del que bajó la gente armada, es decir, en apariencia se trataba del video de un “levantón”.
Ese día sábado 27, en Córdoba, por la tarde trascendió que una mujer y un hombre habían sido levantados y privados de la libertad por un grupo armado, en el fraccionamiento Arboledas, cuando viajaban a bordo de una camioneta pick up Tacoma blanca, que fue baleada y abandonada en una calle de aquel lugar.
Más tarde ese mismo día, se conoció que las personas presuntamente levantadas, respondían a los nombres de Ana Lilia Rodríguez Maceda y Fernando Alfonso González Pacheco.
Con esta información, la familia de la señora Rodríguez interpuso la denuncia correspondiente, por lo que la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas Desaparecidas generó el boletín correspondiente, por ambas personas.
Esto es lo que no cuadra, pues las imágenes del boletín de FGE con las del video, corresponden en color de la ropa.
Es decir que los detenidos, fueron levantados y en lugar diametralmente diferente (a más de 150 kilómetros de distancia en línea recta) a donde se supone que fueron intervenidos en flagrancia, en circunstancias totalmente diferentes, eso sin mencionar la hora y lugar, que por supuesto en nada concuerdan los datos vertidos en el IPH, con el video en mención.
Independientemente de todo, incluso de la discusión que existe en la Corte sobre la prisión preventiva, es gravísimo que se documente lo que es un secreto a voces: que la autoridad “arma” sus casos a la carta, para disfrazar su enorme incapacidad…, o bien para algún otro asunto.
En estricto sentido, el juez con estos elementos de prueba, debería poner en libertad inmediata a los imputados, pero a como se las gastan, pos quién sabe, porque por mientras, el juez de control avaló la detención y otorgó un año de prisión preventiva oficiosa.
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Abrazo solidario mi compañero, colega, pero sobre todo, amigo, Edgar Ávila, por la serie de infundios. ¡A la orden brother, para lo que venga!
¡Qué barbaridad!
deprimera.mano@gmail.com