Por Miguel Casillas
A principios de agosto, la Comisión Europea, hizo circular un importante documento sobre la educación superior. Dirigido al Parlamento Europeo, el documento propone una estrategia europea para las universidades. Es accesible desde https://eur-lex.europa.eu/legal-content/EN/TXT/PDF/?uri=CELEX:52022DC0016.
Inician con un título muy sugerente “Las universidades: un rasgo distintivo del estilo de vida europeo”. Sostienen que hoy, la sociedad europea necesita más que nunca el aporte de sus universidades. Consideran que el sector de la educación superior tiene un papel esencial que desempeñar en la recuperación posterior a la pandemia de Europa y en la configuración de sociedades y economías sostenibles y resilientes. Universidades excelentes e inclusivas son condición y fundamento para sociedades abiertas, democráticas, justas y sostenibles, así como para el crecimiento sostenido, el espíritu empresarial y el empleo. Europa puede construir sobre un sector de educación superior diverso y floreciente, profundamente arraigado en la cultura europea como una forma de vida. Esta diversidad es una fortaleza.
El documento considera que las universidades tienen una posición única en la encrucijada de la educación, la investigación, la innovación, al servicio de la sociedad y la economía. Europa necesita universidades prósperas que contribuyan a implementar la agenda política de la Unión Europea. Las universidades pueden resolver mejor los grandes desafíos sociales al participar más eficazmente en la cooperación transnacional.
Dado que las necesidades de habilidades evolucionan rápidamente, el sector de la educación superior debe adaptarse. Las transiciones ecológica y digital requieren educación, investigación e innovación preparadas para el futuro. Los objetivos europeos son que, para 2030, al menos el 45% de las personas de 25 a 34 años obtengan un título de nivel terciario. La llamada década digital establece objetivos ambiciosos, apuntando al 80% de las personas con al menos habilidades digitales básicas y 20 millones de especialistas en TIC empleados para 2030.
El documento sostiene que la diversidad, la inclusión y la igualdad de género en el sector de la educación superior se han vuelto más importantes que nunca. Al tiempo que reconoce que los valores académicos y democráticos fundamentales están bajo presión. Las universidades han expresado su profunda preocupación por las amenazas a la libertad académica y la autonomía universitaria.
Sobre la base de reconocer que las universidades europeas deben seguir siendo competitivas en un escenario mundial; para mediados de 2024, la Comisión propone centrarse en lograr los cuatro objetivos clave conjuntos: reforzar la dimensión europea de la educación superior y la investigación; apoyar a las universidades como faros del estilo de vida europeo; empoderar a las universidades como actores del cambio en las transiciones gemelas verde y digital; reforzar las universidades como impulsoras del papel y liderazgo global de la UE.
Para promover un nuevo marco para mejorar la cooperación europea, buscan reforzar el programa Erasmus+ como una iniciativa de las universidades europeas. Se proponen construir el estatuto legal para las alianzas de instituciones de educación, permitiendo el intercambio de capacidades, el intercambio de personal y la implementación de programas conjuntos, con el objetivo de otorgar títulos conjuntos al nivel de la alianza, incluido un título europeo conjunto. El título europeo conjunto, que se entregará a nivel nacional, certificaría los resultados de aprendizaje logrados como parte de la cooperación transnacional entre varias instituciones. El uso generalizado de la Iniciativa de la tarjeta de estudiante europea para todos los estudiantes en las universidades de Europa que facilitará su acceso a la movilidad transnacional en todos los niveles.
La garantía de calidad es la base de la confianza mutua que permite una cooperación profunda y una movilidad fluida. Por ello, se propone seguir desarrollando un Sistema Europeo de Garantía y Reconocimiento de la Calidad.
La financiación europea es importante para que las universidades complementen la financiación nacional como fuente de ingresos, pero también como plataforma para la cooperación académica europea e internacional. Con el nuevo marco financiero plurianual, la UE invertirá una cantidad estimada en 80 mil millones de euros durante el período de programación 2021-2027.
La Comisión presentó en 2021 una propuesta sobre un enfoque europeo de las microcredenciales para el aprendizaje permanente y la empleabilidad. Su rápido seguimiento por parte del Consejo ayudará a movilizar la educación superior en apoyo del aprendizaje permanente y contribuirá a la reconversión y mejora de las cualificaciones profesionales para satisfacer las necesidades nuevas y emergentes en la sociedad y el mercado laboral.
Para lograr una educación superior excelente y pertinente, también se necesita apoyo para estimular la innovación pedagógica, centrando la atención en los alumnos, con una variedad de espacios de aprendizaje y caminos flexibles e interdisciplinarios, apoyando el pensamiento crítico, la resolución de problemas, las habilidades creativas y empresariales de los estudiantes.
Además de fomentar la diversidad, la inclusión y la igualdad de género, el documento se propone promover y proteger los valores democráticos europeos. Las universidades deben ser lugares de libertad: para la expresión, el pensamiento, el aprendizaje, la investigación y la libertad académica en general. La libertad académica no puede aislarse de la autonomía institucional, ni de la participación de los estudiantes y el personal en el gobierno de la educación superior.
Las universidades son clave para promover la ciudadanía activa, la tolerancia, la igualdad y la diversidad, la apertura y el pensamiento crítico para una mayor cohesión social y confianza social, y así proteger las democracias europeas.
Las universidades son actores clave para la transición verde y por un mundo más sostenible. Tienen un papel importante en la realización de investigaciones para encontrar soluciones, en cooperación con la industria y la sociedad, a los desafíos ambientales y climáticos con miras a lograr la neutralidad climática, revertir la pérdida de biodiversidad y detener la contaminación, y en el desarrollo de conocimientos sobre el clima y el medio ambiente para todos los estudiantes en todos los niveles. y disciplinas, así como para el público en general a través de la participación de la comunidad. Las universidades también pueden ser un modelo a seguir para la sostenibilidad ambiental a través de su infraestructura y operaciones. En última instancia, los resultados de las actividades de investigación e innovación pueden constituir una base sólida para las políticas, la innovación y las medidas relacionadas con el medio ambiente.
La transición digital otorga a las universidades un papel fundamental para dotar a los estudiantes e investigadores de las habilidades y competencias digitales necesarias en la nueva realidad y en el fomento de la innovación y las nuevas tecnologías. Durante la pandemia de COVID-19, el sector de la educación superior mostró su capacidad de adaptación a la nueva situación. Se hizo evidente que las soluciones digitales no pueden ni deben reemplazar por completo las actividades físicas. El futuro debe basarse en soluciones híbridas que representan un buen equilibrio entre presencia física y herramientas digitales. Las universidades también pueden fomentar la innovación.