En el Centro Estatal de la Transfusión Sanguínea en Boca del Río donadores voluntarios denunciaron malos tratos, desorganización y falta de material básico como jeringas, lo que ha generado indignación entre quienes acuden de manera periódica a realizar este acto altruista.
Desde tempranas horas, ciudadanos que llegaron en ayuno para cumplir con los requisitos de la donación se encontraron con la negativa de ser atendidos antes de las 10 de la mañana, debido a que —según el personal— las citas telefónicas no se contestan y el servicio inicia hasta ese horario. Esto obligó a los donadores a esperar por varias horas sin alimentos, en un espacio descrito como “con mal olor” y sin condiciones mínimas de comodidad.
“La gente aquí esperando sin comer desde hace horas y no los pelan. Mi hija es donadora voluntaria periódicamente y aun así la hacen esperar”, relató uno de los asistentes.
Además de la demora, los ciudadanos señalaron la falta de insumos básicos como jeringas para recibir las donaciones, lo que incrementa la incertidumbre sobre si finalmente podrán ser atendidos. La situación, afirmaron, refleja un trato indigno hacia quienes buscan contribuir a salvar vidas mediante la donación de sangre.
La inconformidad se suma a las críticas hacia las autoridades de salud, a quienes responsabilizan de la precariedad en los servicios y de desalentar la participación ciudadana en un proceso vital para hospitales y pacientes.
