* Pemex, IMSS, ISSSTE y Centro de Salud: todos fallan, abuelitos, embarazadas y enfermos crónicos: los más afectados
Por Janeth Javier Chiñas
Una severa crisis de salud atraviesa la ciudadanía en la zona sur del estado, en donde se encuentra en riesgo latente ante la situación que impera en hospitales y clínicas, en los cuales se carece de médicos, especialistas, infraestructura y hasta medicamentos, incluso material de curación.
Las quejas por las deficiencias, la falta de médicos, incluso en el servicio que prestan los trabajadores, aumentan cada día; en todas las instancias de salud existe un sordo clamor en el que pareciera que las autoridades federales y estatales no ven y no escuchan las múltiples necesidades.
UN SISTEMA PÚBLICO REBASADO Y SIN RESPUESTA

En Agua Dulce, una ciudad con más de 44 mil habitantes, el acceso a la salud se ha convertido en un desafío diario para la población —especialmente adultos mayores, mujeres embarazadas y pacientes con enfermedades crónicas— enfrenta un panorama alarmante: ni el Hospital de Pemex, ni el ISSSTE, ni el IMSS, ni el Centro de Salud logran cubrir la demanda ni ofrecer atención digna.
Miles de habitantes permanecen sin acceso efectivo a los servicios públicos de salud, en el que pretender acudir a consulta o al servicio médico conlleva también a sufrir un calvario en espera de que sean atendidos.
En los últimos años, la zona sur ha visto el cierre de instalaciones, el abandono de clínicas y un desabasto generalizado de medicamentos, dejando a los pacientes en el desamparo, que, a pesar de las múltiples quejas, no tienen respuesta.
PROHIBIDO ENFERMARSE DE NOCHE Y FINES DE SEMANA

Además de contar con servicios de salud deficientes, los fines de semana, enfermarse para los hidrómilos, representa todo un reto, incluso una sentencia en el que en estos días tienen prohibido enfermarse pues de lo contrario tendrán que peregrinar para recibir el servicio médico.
La clínica del ISSSTE lleva meses cerrada, afectando especialmente a maestros y trabajadores del Estado, quienes deben viajar a Coatzacoalcos para recibir atención o realizar trámites básicos, sin embargo las consultas son limitadas e insuficientes.
Derechohabientes por años han carecido de una clínica digna, pues no cuentan con instalaciones propias, viviendas destinadas para actividades comerciales o de servicios son alquiladas para se adaptadas y prestar el servicio a los más de 700 usuarios en este municipio.
En la UMF número 53 del IMSS, ubicada en la colonia 4 Caminos, desde hace años enfrentan una crisis profunda: falta de médicos, largas filas, tiempos de atención interminables y burocracia excesiva.
“Las asistentes te regañan y al final dicen que no hay médico. El doctor me pidió entrar directo porque estaba a días de parir”, denuncia Andrea López, una de las afectadas. Otros usuarios aseguran que conseguir una cita toma meses —incluso un año— y los estudios deben realizarse en Coatzacoalcos, pues en Agua Dulce no hay personal ni equipo suficiente.
De noche es imposible que puedan atender a la población y permanece cerrada, obligando a que los enfermos y sus familiares busquen el traslado por su propia cuenta hasta Coatzacoalcos, teniendo que pagar taxis o pidiendo apoyo de vecinos y conocidos para ser trasladados.
CLÍNICA DEL DIF, SIN MÉDICOS SUFICIENTES
En la ciudad hidrómila se cuenta con una clínica del DIF que según informes oficiales publicados en páginas de Facebook del actual gobierno municipal, ya fue rehabilitada, aunque la situación no cambia, de noche sin servicios y la falta de médicos obliga a que no haya servicio o solo escaso para curaciones menores.
Para la ciudadanía de Agua Dulce que no cuenta con ningún servicio médico, el enfermarse es una sentencia vivir un calvario en busca de ser atendidos, para quienes resulta una experiencia amarga y causa pánico el hecho de saber que no existe un lugar donde puedan ser socorridos en caso de necesitarlo.
PEMEX: UN HOSPITAL REBASADO Y SIN CAPACIDAD DE RESPUESTA

Aunque el Hospital de Pemex absorbe más del 70% de las consultas municipales, su deterioro es cada vez más evidente. Aun con instalaciones más grandes que el resto de las instituciones, el servicio ha caído en un estado crítico.
Independientemente de la gravedad del paciente, las citas médicas con especialistas se programan con hasta dos meses de retraso y los derechohabientes deben de viajar a municipios como Las Choapas, Minatitlán, Villahermosa o México.
Ejemplo de ello el caso de Jeny Castillo y su hijo, quien lleva un año en espera para el estudio de su hijo y aún no hay fecha, por lo que a través de su cuenta de Facebook escribió la siguiente:
“Hoy tenía cita mi hijo en el hospital de alta especialidad en la CDMX para estudio que le han estado posponiendo, por qué el aparato desde hace un año está descompuesto, y hoy me dicen que no me pueden dar fecha por qué no hay presupuesto o sea hay presupuesto para regalar dinero, para blindar el palacio de gobierno para robar a manos llenas, pero para los hospitales no hay presupuesto?”
Este retraso pone en riesgo la vida de pacientes que requieren estudios urgentes, como tomografías, resonancias o pruebas cardiológicas, para un diagnóstico, o tratamiento o dar seguimiento en casos delicados o graves que requieren premura.
“En Pemex ya no importa si estás grave: la cita te la dan dentro de dos meses. Y si ocupas un estudio urgente, tiene que pasar por ‘aprobación’. Para cuando lo autorizan, el paciente ya está peor”, coinciden familiares de afectados.
INSTALACIONES DETERIORADAS Y FALTA DE AMBULANCIA
Las instalaciones del hospital están cada vez más deterioradas, baños sin seguros, se ha caído el plafón en varias partes del techo, se filtra el agua y desde hace un año no cuentan con aire acondicionado, por lo que médicos utilizan ventiladores para poder mitigar el calor.
Esta institución médica resiente la crisis y a menudo no cuenta con ambulancias para los traslados a otros hospitales, por lo que debe esperar de 2 a 12 horas para movilizar a los pacientes, tiempo en el que la vida de los pacientes está en riesgo. Médicos y enfermeros del nosocomio lamentan la situación y el hecho de que no hay una acción concreta por parte de directivos, por lo que tienen que estar solicitando ambulancias de otros municipios o de Protección Civil.
CENTRO DE SALUD: SIN MEDICINAS NI PERSONAL SUFICIENTE

El Centro de Salud, que debería ser la base de atención para población abierta, trabaja en condiciones precarias; la falta de medicamentos básicos, insumos y personal vuelve ineficiente cualquier esfuerzo médico.
Entre la Secretaría de Salud y el IMSS-Bienestar hay solo 16 médicos para toda la población, lo que vuelve las consultas breves, superficiales y sin seguimiento e insuficientes.
Los pacientes, incluso población en riesgo como embarazadas, se tienen que trasladar en taxis, vehículos particulares o dependen de la disposición de la ambulancia de Protección Civil (solo hay una) para poder trasladarse.
En esta clínica el servicio es hasta alrededor de las 4:00 de la tarde de lunes a viernes, fines de semana no cuentan con ningún servicio médico, a menos que se realicen campañas de vacunación o programa de salud.
CONSULTORIOS DE FARMACIA: LA ÚNICA OPCIÓN INMEDIATA
En medio del colapso, los consultorios anexos a farmacias se han convertido en la única alternativa inmediata. Con siete consultorios de bajo costo en operación, estos espacios ofrecen más de 3,000 consultas mensuales, llenando el vacío que dejó el sistema público.
Por 50 pesos, los ciudadanos reciben un diagnóstico rápido, buena atención y una receta que, aunque deberán surtir por su cuenta, representa una solución más efectiva que esperar meses en instituciones públicas. “Llegas al IMSS de noche y nunca hay doctor, aunque el coche esté ahí. Prefieren dormir”, denuncia Karminna Pérez.
UNA POBLACIÓN VULNERABLE Y SIN ALTERNATIVAS
Agua Dulce cuenta con 4,892 adultos mayores, más del 11% de su población. Este sector necesita atención constante, estudios y control de medicamentos, pero se enfrenta a un sistema incapaz de responder.
Ante la falta de especialistas y la inexistencia de un hospital de especialidades, los pacientes deben viajar a otros municipios o estados, lo que implica gastos, desgaste físico y largas esperas. Por las noches además de Pemex, que solo estabiliza a los No derechohabientes, no existe servicio médico, ciudadanos tienen que deambular en busca de médicos particulares.
LA CRISIS EN HOSPITALES DE PEMEX Y LA REGIÓN, SE VE Y SE SUFRE

En la ciudad de Coatzacoalcos el jubilado Jorge Hernández Vázquez, dio a conocer en el mes de Octubre que su cónyuge Micaela Pablo Toca, de 54 años de edad, sufrió una crisis de salud y al solicitar una ambulancia a Pemex, le fue negado el servicio por falta de unidades de emergencia.
Lo mismo sucedió al pedir la ayuda a la Cruz Roja y Protección Civil, y fue después de que llamó al 911, la única ayuda que recibió fue el de la Policía Municipal, cuyos elementos le ayudaron a trasladar a su esposa.
En Nanchital, las quejas por la falta de servicios médicos son las mismas; José Antonio Fuerte, jubilado de Pemex, expuso las múltiples carencias que enfrenta el hospital en ese municipio, como la falta de medicamentos, insumos médicos, personal especializado y la mala atención por parte de algunos trabajadores.
“Cuando inició el hospital, estaban todas las especialidades; actualmente hay mucha burocracia y falta de médicos. Un día tienes que ir por tus medicamentos, otro día por tu cita, pero en trabajo social te dicen que te anotes para que te den la cita dentro de un mes o más tiempo”, señaló el exextrabajador.
Mientras que en Minatitlán la situación no es diferente, no cuentan con camas suficientes por lo que enfermos deben de esperar en camillas por horas hasta que se desocupe un lugar, algunos elevadores no funcionan y familiares deben de comprar el medicamento para sus enfermos.
Cuando son pacientes terminales, no se les quiere ingresar al hospital y el servicio es pésimo en el área de urgencias en donde los enfermos adolecen, mientras que el personal, se carcajea, cuenta chistes, baila y presume de sus vacaciones, ignorando a los enfermos.
En el hospital de Villahermosa, en el mes de septiembre, además de las carencias antes mencionadas, derechohabientes denunciaron que no les daban de comer, por lo cual tenían que comprar sus alimentos, ya que por parte del personal se informó de la falta de presupuesto en el nosocomio.
EL VALENTÍN GÓMEZ FARÍAS, QUEJAS POR FALTA DE ATENCIÓN
En el Hospital IMSS-Bienestar “Dr. Valentín Gómez Farías”, del municipio de Coatzacoalcos, que además atiende a ciudadanos de diversos municipios de la zona sur, también existen quejas por la falta de atención médica.
Padres de familia desesperados escribieron una carta que publicaron en Facebook para pedir ayuda, debido a que su bebé fue internado desde el miércoles 19 de noviembre y a pesar de estar en condiciones que ponen en riesgo su vida, no había recibido la intervención quirúrgica que requería.
En la carta los afectados que son originarios de la colonia Benito Juárez del municipio de San Pedro Soteapan, expresaron su desesperación porque pasan los días y el riesgo que su hijo no sobreviva aumenta.
Además de la desesperación, tienen que enfrentar el desgaste económico de la familia, por tener al menor internado en el hospital y por permanecer ellos en ese municipio atentos a la salud de su hijo, panorama al que se tienen que enfrentar ciudadanos con familiares internados en otros municipios.
IMSS 36 CON DENUNCIAS POR NEGLIGENCIA MÉDICA
La clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social, con sede en Coatzacoalcos, es una de las instituciones con mayor número de quejas por parte de derechohabientes.
José Antonio Pous Bautista, denunció en septiembre a la clínica por negligencia médica, en la carpeta de investigación que se abrió con número de expediente 14/ 54/ 20225, el denunciante exige justicia.
Explicó que su pareja de nombre Melissa, de 32 años, llegó a la clínica del IMSS con síntomas de preeclampsia; hicieron estudios, perdieron los resultados y tuvieron que volver a hacer los estudios.
Al conocer la situación crítica de la madre, tuvieron que esperar más de 6 horas para hacer una cesárea debido a que dieron de comer a la paciente, para ese tiempo el bebe de nombre Matías ya no tenía signos vitales y cuando lo sacaron de su vientre ya había fallecido.
De septiembre a la fecha, se ha evidenciado a esta clínica, ante las múltiples deficiencias que tiene como la falta de climas en el área de Terapia Intensiva, por lo cual familiares debían llevar su propio ventilador.
Caso curioso que cuando se registró la visita de la gobernadora del estado y Claudia Sheinbaum, para la inauguración del hospital materno infantil IMSS-Bienestar, los desperfectos de esta clínica fueron arreglados en pocas horas, aunque de manera temporal, evidenciaron ciudadanos en redes sociales.
EL IMPACTO ECONÓMICO DE ENFERMARSE
Pero la crisis no solo se mide en carencias médicas, sino también en el impacto económico que recae directamente en las familias: Ante la falta de medicamentos, estudios y atención oportuna, cada vez más ciudadanos se ven obligados a recurrir a servicios particulares, consultas de farmacia, laboratorios externos y traslados a otros municipios o estados.
Especialistas estiman que, en promedio, una familia en la zona sur destina entre el 20% y el 40% de sus ingresos mensuales a gastos médicos que deberían ser cubiertos por el sistema público.
Esto incluye estudios básicos, tratamientos para enfermedades crónicas, consultas urgentes, compra de insumos y, en muchos casos, traslados prolongados que elevan aún más los costos.
PERDER EL PATRIMONIO POR SALUD O LA VIDA
La crisis del sistema público empuja a las familias hacia la medicina privada y la falta de recursos económicos les impide sostener tratamientos a largo plazo. En un contexto donde la salud se ha vuelto un privilegio y no un derecho, los ciudadanos siguen esperando que el acceso a la atención deje de depender de su bolsillo.
Más que un discurso la Salud debería de ser una prioridad, con hospitales en condiciones eficientes y abastecidos en el que la población no tenga que elegir entre gastar sus ahorros y patrimonio para poder sanar.
Por el contrario, sería dejar todo a la suerte por la falta de recursos para poder recibir atención médica en hospitales públicos cuyas carencias son evidentes para todos menos para quienes son los encargados de vigilar que sus gobernados tengan este servicio primordial.
