El acto político con motivo del primer informe de gobierno de Rocío Nahle en Veracruz fue desairado por la cúpula morenista, con una asistencia reducida de mandatarios y figuras nacionales.

Al acto en Plaza Lerdo solo acudieron los gobernadores de Chiapas y Oaxaca, mientras que la única “figura” nacional fue el senador Gerardo Fernández Noroña. La mayoría de los mandatarios morenistas optaron por enviar representantes. El acto fue cobijado solo por la clase política local.


Incluso, aunque Rocío Nahle anunció que la invitaría, tampoco acudió la presidenta Claudia Sheinbaum, quien envió en su representación al director de Petróleos Mexicanos, Víctor Rodríguez Padilla.

En su discurso, luego de someterse a un ritual tradicional de «purificación», la gobernadora subrayó la necesidad de consolidar la “transformación” en Veracruz, destacando avances en deuda pública y programas sociales.

Al mismo tiempo, anunció un proyecto para “revitalizar” el centro histórico de Xalapa, mismo que comenzó con la remodelación del Palacio de Gobierno.
Mientras la plaza se llenaba con acarreados de dependencias y programas sociales, la ausencia de la élite morenista dejó en claro que el informe careció de pleno cobijo político de la cúpula de Morena.

El acto representó un gran dispendio de recursos públicos, pues además del acarreo, se imprimieron cientos de ejemplares de un libelo propagandístico sobre el informe, la mayoría de los cuales acabaron tirados en la calle, además de lonas y artículos promocionales.
