El primer informe de gobierno de Rocío Nahle en la Plaza Lerdo de Xalapa estuvo marcado por un descomunal acarreo de burócratas, estudiantes y beneficiarios de programas sociales, mientras se habilitaron espacios VIP que separaron a la clase política del pueblo.

Desde tempranas horas del domingo 30 de noviembre, decenas de autobuses provenientes de distintos municipios de Veracruz fueron estacionados en el centro de Xalapa e incluso en las afueras. Los contingentes de burócratas, estudiantes y beneficiarios de programas sociales fueron movilizados para llenar la Plaza Lerdo.

Las calles del primer cuadro de Xalapa fueron bloqueadas desde el viernes 28, generando caos vial y mostrando la magnitud del operativo de movilización.

Mientras la plaza se abarrotaba con miles de asistentes, se instalaron zonas exclusivas para funcionarios, dirigentes partidistas y aliados políticos. Estos espacios, delimitados en categorías Diamante, Platino y Bronce, contrastaron con la multitud que permaneció detrás de vallas y cordones de seguridad.

Pese al acarreo, el informe careció del cobijo presidencial y de la mayoría de gobernadores de Morena; solo acudieron los mandatarios de Chiapas y Oaxaca, mientras los demás enviaron representantes.

El discurso de Nahle destacó avances en deuda pública y programas sociales, pero la puesta en escena evidenció la dependencia del acarreo y la separación simbólica entre la élite política y la ciudadanía.

