La venganza del espurio
Por Aurelio Contreras Moreno
La Universidad Veracruzana ha caído al punto más bajo de toda su historia como la principal institución de educación superior del estado.
Martín Aguilar y su pandilla mafiosa no solamente pisotearon la legalidad y se pasaron las normas universitarias por salva sea la parte para perpetuarse en la rectoría, con la complicidad del Poder Judicial sometido al morenato. Ahora, confeccionan y financian campañas negras contra sus críticos dentro de la misma institución.
Esta misma semana fue lanzado el avance de lo que se anuncia como un supuesto “documental” que pretende “revelar” los “secretos” detrás de la oposición a la prórroga ilegal concedida por una mutilada y facinerosa Junta de Gobierno a Martín Aguilar.
El tráiler de “La Red: Los que están detrás”, se muestra como un instrumento de propaganda negra para lanzar una campaña de desprestigio, disfrazada de investigación, contra los exrectores y académicos que se atrevieron a cuestionar la legalidad de la continuidad de Aguilar, muy posiblemente financiada con recursos de la propia rectoría. O sea, con dinero público que debería usarse para mejorar las condiciones de la UV.
Los principales dardos son lanzados contra los exrectores Sara Ladrón de Guevara, Raúl Arias Lovillo y Víctor Arredondo Álvarez, sugiriendo que su oposición a la reelección de facto de Aguilar se debe a una pretendida pérdida de poder dentro de la Universidad, muy a tono con la narrativa morenista de que quien se les opone, es porque perdió “privilegios”.
Pero las imágenes escogidas para ilustrar la pieza audiovisual también muestran a académicos que han participado en el movimiento y que manifestaron intenciones –totalmente legítimas- de buscar la rectoría, como Marisol Luna y Rafael Vela, lo que hace pensar que también serán víctimas de la campaña de lodo.
“Hoy se enciende la primera señal. Este capítulo abre la puerta a la serie ‘La Red: Los que están detrás’, donde se explora cómo antiguas autoridades universitarias aún proyectan sus prolongadas sombras sobre pasillos, decisiones y narrativas que intentan imponerse. Esto es apenas un indicio de lo que está por revelarse… y de las fuerzas que permanecen ocultas. Esto apenas comienza ¿preparado?”, se lee en la descripción del avance subido en YouTube.
Si se llegase a comprobar que la serie fue financiada con recursos institucionales de la UV –que por si fuera poco, se aprecian cuantiosos, pues el material cuenta con una alta calidad de producción-, estamos ante un uso indebido de fondos públicos que en lugar de destinarse a investigación, docencia o infraestructura, se dilapidan para sostener una narrativa política y una campaña negra. No sería la primera vez. Ya se gastaron un dineral en bots y trols en los meses previos.
El daño institucional que esto provoca es profundo. Erosiona la confianza de estudiantes, académicos y ciudadanos en la Universidad Veracruzana, vejada y sometida al poder en turno, incapaz de cuestionar y de pensar libremente.
La degradación es brutal: una institución de educación pública, formadora de la juventud del sureste mexicano, que debería ser un espacio de libre debate, es reducida a ser el escenario de un linchamiento mediático que además de todo, es cobarde. Nadie se hace responsable de la producción, ningún rostro aparece de frente ni hay créditos.
Se trata de un libelo a la medida de la podredumbre moral de Martín Aguilar, a quien por lo visto no le basta con que el Poder Judicial cierre los ojos ante su asalto a la rectoría, mientras el régimen gobernante esconde la cabeza en la tierra.
El espurio tiene sed de venganza.
Los moches y las cuotas en RTV
Resulta que en Radiotelevisión de Veracruz (RTV) están cobrando por transmitir notas en sus espacios informativos, al mejor estilo “pasquinero”.
Nos comentan que la “tarifa” es de a tres mil 500 pesos por nota al aire. Y que si se transmite alguna sin que haya sido pagada –a menos que sea solicitada o autorizada expresamente por quienes controlan la emisora-, se la cobran al responsable.
Esta situación se debe fundamentalmente a que RTV tendría que cumplir con una “cuota” de recaudación a fin de año de alrededor de seis millones de pesos, que no queda claro a dónde van a ir a parar o para qué o quién son. Aunque tampoco es difícil imaginarlo.
¿Estará enterado el director Esteban Sosa Benítez? ¿O le quita mucho tiempo hacer entrevistas a modo?
Email: aureliocontreras@gmail.com
X: @yeyocontreras