Quebradero

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Un relanzamiento incierto

 

Por Javier Solórzano Zinser

El relanzamiento del PAN es tan incierto como su futuro electoral. Pocas cosas nuevas se vieron el sábado y bien se sabe que no basta con las buenas intenciones.

Al final aparecieron las mismas caras del panismo reciente, como se pudo apreciar con la fotografía que buscaron al final del acto teniendo como fondo el nuevo emblema panista, con todo y chapuzón que parecía ser una metáfora.

El PAN y su dirigencia buscan salir del marasmo en que están desde el 2018, y si nos apura un poco desde el 2012. Mucho de lo que está padeciendo el panismo tiene que ver con el gran desgaste que vivió el partido a lo largo de 12 años, cuando ganaron la Presidencia.

Vicente Fox resultó un buen candidato y un presidente con más oscuros que claros. Parecía el candidato idóneo para sacar al PRI, pero al paso de los días nos fuimos dando cuenta que no bastaba con ello, sino con formular un proyecto de gobierno que rompiera con las muchas inercias y problemas que se habían padecido con los regímenes priistas.

Al final, como pasó en algún sentido en el 2018, el panismo llegó a la Presidencia con un buen empujón priista en la persona de Ernesto Zedillo. En el 2018 quien acabó por poner la mesa fue Enrique Peña Nieto, quien aún no había ganado López Obrador cuando materialmente estaba desapareciendo del mapa político.

Felipe Calderón entró materialmente por la puerta de atrás, si alguien no quería que fuera ni candidato ni presidente era el propio Vicente Fox. Su gobierno terminó por ser el detonante para que regresara el PRI y, al mismo tiempo, la suma del desgaste panista.

Los ciudadanos dejaron de votar por el PAN, además de lo que le mencionamos párrafos arriba, por su alianza con el PRI. El panismo histórico nunca perdonó, porque lo encontró como oportunismo abierto y no como una alianza que pudiera tener posibilidades en la gobernabilidad, no sólo en el triunfo.

El tercer elemento fue y sigue siendo la fuerza que ha adquirido Morena en todo el país. Cada vez se está haciendo más difícil enfrentarla. El PAN ha ido perdiendo fuerza en donde era, sin duda, muy fuerte, nos referimos a su presencia en territorio. Fue perdiendo ciudades estratégicas en donde desde los 90 empezó a pelear seriamente con el PRI el voto ciudadano.

El dilema que se les viene es que por ahora no hay manera de vencer a Morena y su gobierno, de no ser a través de candidaturas en acuerdos con la oposición. Las alianzas no garantizan nada. Ya se vio que al panismo histórico no le interesa acercarse a un partido tan deteriorado y señalado como el tricolor.

El dilema es para toda la oposición. Por más que algunos partidos caminen con la idea de que solos pueden vencer a Morena, por ahora no hay forma de ello, porque no sólo tiene el poder, sino que además lo ejerce y con las reformas que ha aprobado es todavía más difícil hacerlo.

La Presidenta casi a diario va haciendo política partidista. Primero lanzó la idea de que se venía una alianza entre el PAN y MC, lo cual es un enigma, porque por más que los partidos lo nieguen el tema está en el aire.

Para la Presidenta el relanzamiento panista fue “insensible”, porque estamos, dijo, en medio de las profundas secuelas de las inundaciones. Esto puede verse de varias formas, la “insensibilidad” podría alcanzar a los gobiernos morenistas que no actuaron con previsión ante la tragedia que se vive en ciudades como Poza Rica. La gente acusa de soberbia a la gobernadora y al presidente municipal, y a la Presidenta le señalan que no escuche.

El relanzamiento confirma la incertidumbre que rodea a la oposición, la cual alcanza a un partido histórico que ahora se hace más de derecha.

RESQUICIOS.

Bernardo Bravo, presidente de la Asociación de Citricultores de Apatzingán, enfrentó infinidad de amenazas, pero nunca bajó la guardia. En diversas conversaciones nos hacía ver el gran problema que era para los limoneros la delincuencia organizada; el domingo lo secuestraron y el lunes apareció muerto.