Lo más importante de los menos importante
Por Javier Solórzano Zinser
Asunción, Paraguay. – El miércoles en la noche se presentó la enésima bronca en las tribunas de un estadio en Argentina. A pesar de los esfuerzos de los directivos y las autoridades por evitarlas, la tribuna se convirtió de nuevo en un escenario dantesco.
Jugaban el Independiente de Argentina y la Universidad Católica de Chile, un partido de eliminatoria de la Copa Libertadores, lo cual invariablemente llama a una pasión desbocada de los aficionados, es un torneo histórico y es el más importante de Sudamérica. Existe una larga tradición que data de muchas décadas y es un torneo por el cual han pasado los mejores jugadores sudamericanos.
El origen de la bronca no está claro. Hay quien asegura que los chilenos, que eran visitantes, provocaron a los argentinos. Lo cierto es que de un momento a otro se organizó una bronca brutal en la que aficionados del Independiente, quienes se decían agredidos, fueron en busca de los chilenos golpeándolos sin parar.
Llegaron a un punto de la tribuna del estadio en que los chilenos no tenían salida. Uno de ellos se quiso colgar de uno de los tubos en que se apoyan los aficionados para subir o bajar las escaleras hasta que perdió el equilibrio y cayó, se calcula que cerca de 5 metros.
Todo esto se dio mientras por todos lados la bronca se generalizaba, el partido se suspendió. No apareció un solo policía en medio del caos total. Los chilenos fueron desnudados y corrían a donde podían. Como suele suceder, ya no se sabía quiénes eran de un equipo u otro.
Los aficionados se asumen como una extensión de su equipo favorito. Son sus signos de identidad cotidiana y hacen del futbol una de las extensiones más importantes de su vida, si no es que la más importante.
En Sudamérica, el futbol se vive de otra manera de lo que conocemos y eso que en nuestro país cada vez tenemos más manifestaciones violentas, como se presentó el pasado fin de semana entre otros partidos en el que jugaron Tigres y América.
La pregunta es una constante ¿por qué las cosas llegan a estos extremos? Se ha creado la idea entre los aficionados y en algunos clubes de la importancia que tiene apoyar al equipo sin importar en algunas ocasiones las formas. Los aficionados han entrado en un terreno de pasión exacerbada, se les va la vida defendiendo a su equipo e impulsándolo.
Su cotidianidad entre semana se mueve bajo otros impulsos y obligaciones. Pero llegado el momento de ver a su equipo todo entra en los terrenos del exceso. Es cuestión de escuchar los cánticos que a lo largo del partido lanzan para entender cuál es la dinámica bajo la cual viven el futbol.
Para algunos de ellos es quizá la única identidad en su vida. El futbol significa nuevos amigos en la tribuna, es la pertenencia, y en muchos casos es el anonimato que los lleva al grito desaforado o a las broncas bajo cualquier pretexto, incluso entre los aficionados al mismo equipo.
Todos los canales de televisión siguieron por la noche los detalles de lo que estaba pasando en el estadio y al día siguiente las reacciones pasaron obviamente por los programas deportivos, que son innumerables, por los de espectáculos y por los noticieros en donde fue su nota más importante; consideran la bronca como una de las más significativas en la historia de la Libertadores.
En torno al futbol se ha venido construyendo una pasión desbordada que se alimenta con una publicidad que coloca a los aficionados en su desenfreno y pasión, a veces entendible, por su equipo favorito como un atributo y un elogio.
Lo relevante es el significado que en nuestras sociedades están otorgándole los aficionados a lo más importante de lo menos importante.
RESQUICIOS.
Entre el TEPJF y el INE le andan haciendo la tarea a Morena. En el tribunal su militante presidenta defendió la evidencia de los acordeones, y en el INE no importaron los famosos sobres amarillos llenos de dinero entregados a los hermanos del expresidente; en eso ya andamos.