El diputado federal de Morena, Sergio Gutiérrez Luna, y su esposa, la legisladora del PT Diana Karina Barreras, han sido exhibidos en redes sociales y medios por su asistencia a una exclusiva fiesta VIP en el marco del Gran Premio de México de la Fórmula 1. El evento, celebrado entre el 25 y 27 de octubre de 2024, ofrecía acceso a palcos privados y espectáculos musicales, con boletos valuados en 170 mil pesos por persona.
La controversia escaló cuando el propio Gutiérrez Luna admitió que los boletos fueron cortesías otorgadas por el Club 51, un exclusivo espacio de negocios y esparcimiento para empresarios y figuras públicas. El club confirmó públicamente la entrega de las invitaciones, aunque posteriormente eliminó su publicación y cerró su cuenta en redes sociales.
La admisión de que los boletos fueron cortesías evidenció un posible conflicto de interés o cohecho, en virtud de la Ley General de Responsabilidades Administrativas, que prohíbe a los servidores públicos aceptar regalos o beneficios que puedan comprometer su imparcialidad. El artículo 7 de dicha ley exige que los funcionarios se abstengan de recibir obsequios que puedan influir en su desempeño o generar dependencia institucional.
Aunque el legislador morenista ha defendido que las cortesías “no representan un beneficio económico” y que “no se comercializan en el mercado abierto”, el valor de los boletos y el carácter elitista del evento contradicen esa narrativa. La entrega de beneficios por parte de un club privado a funcionarios públicos, sin un vínculo institucional claro, podría configurar una falta administrativa grave o incluso un delito de cohecho, dependiendo de la interpretación jurídica y del contexto de la relación entre las partes.
La polémica no se limita a los boletos. Diversos periodistas han documentado el estilo de vida ostentoso de la pareja legislativa, incluyendo prendas de diseñador, joyería, relojes y obras de arte que sumarían más de 4 millones de pesos. Además, se ha señalado la omisión de estos bienes en sus declaraciones patrimoniales.
Gutiérrez Luna ha calificado las críticas como parte de una “campaña orquestada por la derecha” para desprestigiar a la “cuarta transformación”.
