En medio de tiempos violentos
Por Javier Solórzano Zinser
Por diversas razones en estas últimas semanas el país ha entrado en una muy riesgosa espiral de violencia.
El escenario no nos viene bien, porque nos atrapa en un momento particularmente delicado en la relación con EU. Todo lo que está pasando en México tiende a sobreinterpretarse, independientemente de que sean asuntos que merecen nuestra atención y ante los cuales no podemos normalizarlos.
Los hechos pasan por todo tipo de circunstancias y lecturas. Van desde la violencia en las calles, que tiene que ver con la delincuencia del orden común, hasta situaciones brutalmente violentas que tienen que ver con el momento por el cual pasa el país con el tema de los cárteles.
Lo sucedido en la cárcel de Tuxpan es un hecho que muestra la descomposición en todos los órdenes que se vive en buena parte de los penales del país. Se tiene suficiente información como para saber que en cualquier momento podría desatarse la violencia en la cárcel. Desde hace varios años, analistas veracruzanos han alertado sobre los muchos problemas que se viven en el norte del estado.
Es en esta zona en donde murió la maestra Irma Hernández. La gobernadora informó sobre lo sucedido de manera profundamente insensible. Las cosas han adquirido tal nivel de confusión que quien informó sobre la muerte de la maestra aseguró que fue por un infarto, como si todo el entorno vivido no hubiera sido ocasión para provocarlo; la gobernadora dijo: “Les guste o no, fue un infarto”.
A la conferencia de prensa en donde se informó del asunto no asistió el médico forense ni la fiscal del estado, la cual tendría que dar los pormenores desde su ámbito de lo sucedido.
A estos hechos se le suma el brutal asesinato a plena luz del día del delegado de la FGR en Reynosa, Tamaulipas. Las investigaciones sobre la ejecución del funcionario apuntan a que podría estar detrás de ello la delincuencia organizada, como parte de una venganza por las altas cantidades de huachicol que se han venido decomisando. Las primeras hipótesis colocan la confrontación entre las autoridades y los delincuentes; para considerar, es notorio que haya muy pocos detenidos.
Dentro de los muchos asuntos que están entre nosotros sumemos que el llamado “capo chino” del fentanilo Zhi Dong Zhang, escapó de la prisión domiciliaria que cumplía en la CDMX. La fuga está teniendo importantes repercusiones en la relación México-EU, lo cual fue consignado por el diario estadounidense WSJ que advirtió que este tipo de omisiones podrían poner en riesgo la relación bilateral en el tema de seguridad.
Habrá que preguntarse quién estaba vigilando a Dong Zhang, quien se dedicó a lo largo de varios días a hacer un agujero en la pared y salirse por éste.
Todos estos sucesos, más muchos otros, exhiben lo que está pasando al interior del país. Cabe que la estrategia del Gobierno mexicano esté enfrentando como no se había hecho en los últimos años a los cárteles de la droga, y que éstos estén respondiendo como se presume pasó en Tamaulipas.
Diversas hipótesis plantean la posibilidad de que, ciertamente, la delincuencia organizada quiera descarrilar cualquier tipo de acuerdo con EU. Siendo que el Gobierno tiene una estrategia diferente en la materia, la confrontación va a intensificarse y seguramente vendrán meses muy complicados en donde estará de por medio la violencia y el riesgo de que altos funcionarios encargados de la seguridad estén expuestos.
Si a la delincuencia se le está atacando en su línea de flotación, no habrá de otra que esperar reacciones como las que estamos viendo.
El Gobierno está corriendo un grave riesgo, pero, al mismo tiempo, pudiera entrar en un círculo virtuoso en donde la violencia y, por ende, la influencia de los cárteles pudiera atemperarse.
RESQUICIOS.
El Mayo Zambada, Vicente Carrillo Fuentes y Rafael Caro Quintero han librado la pena de muerte en EU. Pronto sabremos qué negociaron y qué ofrecieron informativamente a cambio de ello.