A través de un raquítico comunicado, el Centro de Justicia para las Mujeres (Cejum) del estado de Veracruz anunció la “suspensión temporal” de una funcionaria identificada como Mariana “F” y/o Karla Vianey “G” según las dos credenciales oficiales que portaba el pasado miércoles, cuando protagonizó un incidente vial en el centro de Xalapa en estado de ebriedad, agredió a una oficial de tránsito y ofreció un soborno de 500 pesos para evitar su detención.
El incidente ocurrió la noche del miércoles en pleno centro de Xalapa, donde la funcionaria evidentemente alcoholizada impactó al menos tres vehículos, por lo cual fue interceptada por los afectados y por elementos de tránsito, a quienes insultó y agredió físicamente.
Los videos difundidos en redes sociales sobre el hecho muestran también el momento en que intenta sobornar a una oficial con un billete de 500 pesos, y como no los aceptó, la llamó “gata muerta de hambre”.
Al ser detenida, se le encontraron dos credenciales del Cejum con su fotografía, pero con dos nombres distintos: en una se hace llamar Karla Vianey García Lagunes y en la otra, Mariana Flores.
Este viernes, el Cejum confirmó que la implicada es empleada activa como analista administrativa y emitió un comunicado en el que anunció su “suspensión inmediata de labores en tanto se realizan las investigaciones correspondientes”.
Según a institución, reiteró su “compromiso con la legalidad, la ética profesional y el respeto a los derechos humanos”, rechazando “categóricamente cualquier conducta que contravenga los principios institucionales”. Sin embargo, no explicó absolutamente nada sobre el porqué de las dos credenciales del Cejum con su fotografía, pero con nombres diferentes, lo cual es constitutivo del delito de falsificación de documentos oficiales.
Por el contrario, la coordinadora del Cejum, la expriista Pamela Ortega Medina, no ha salido a dar la cara y restringió su perfil oficial en redes y los comentarios de las cuentas oficiales del organismo.
La sanción fue criticada al considerarse insuficiente la suspensión temporal ante la gravedad de los hechos.
El caso ha reavivado cuestionamientos sobre el funcionamiento interno del Cejum, que en octubre de 2024 ya había enfrentado otro escándalo por presunta trata de personas vinculada a una excolaboradora.
Además, pesan sobre Pamela Ortega varios señalamientos y denuncias por maltrato y acoso laboral hacia sus subalternos, la mayoría de los cuales han terminado renunciando en menos de un año de funciones.