Quebradero

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El primer gran momento de decisión

Por Javier Solórzano Zinser

La Presidenta tendrá inevitablemente que tomar algunas determinaciones antes de que inicie el periodo ordinario.

El asunto pasa por la imperiosa necesidad de que su proyecto se fortalezca y que no pierda vigencia y credibilidad entre los fervorosos militantes de Morena.

Está llegando el tiempo del primer gran momento de decisión. Cualquier cosa que haga tendrá, inevitablemente, repercusión y secuelas, pero también será la oportunidad para hacer a un lado personajes y situaciones que le quitan capacidad de maniobra o la están inhibiendo a lo que se suma un problema de imagen.

Los viajes de verano de algunos dirigentes de Morena le han salido caros al partido y a la Presidenta. Ayer planteábamos que los viajes se habían metido en el radar ciudadano.

Una cuestión que tendrá que revisarse, más allá de cualquier contemplación, es lo que están provocando las fotografías del hijo del expresidente en Japón. La razón radica en que existe la evidencia de que hay un abismo entre lo que López Obrador pregonó a lo largo de años, lo que incluía el comportamiento de su familia, y lo que se está viendo a través de las imágenes y de la ausencia de una explicación o algo parecido.

La Presidenta está en algún sentido empezando a cargar al personaje, porque se aleja de lo que tiene que ver con los principios que aseguran son la base del comportamiento de los militantes de Morena. Bajo el silencio público por el cual ha optado el expresidente, el cual nunca queda claro hasta dónde llega, presumimos que deberá ser tema en donde se encuentre. Lo otro sería remitirnos a que López Obrador sólo responde por su hijo más chico, el cual, por cierto, ya es mayor de edad.

El asunto se suma a todo lo que se ha venido diciendo sobre el coordinador parlamentario de Morena en el Senado. Independientemente de lo que se ha planteado, lo cual habrá que ver si se investiga, las cosas también se dirigen hacia la relación del senador con el expresidente.

Existen otros asuntos controvertidos de carácter interno en que también Claudia Sheinbaum tendrá que tomar decisiones, pero pocos tan sensibles y hasta complicados como estos dos. Estamos hablando del secretario de Organización de Morena, en los hechos el segundo de a bordo del partido, y de un influyente personaje al que López Obrador definió como su “hermano”, el cual jugó un importante papel en el gobierno del tabasqueño, y que además fue una corcholata, o sea precandidato a la Presidencia.

A la Presidenta no le queda de otra que resolver este entuerto, porque de no hacerlo perderá capacidad de maniobra y el problema se enquistará de tal manera que terminará por ser un dolor de cabeza por lo que puede provocar, particularmente al interior del partido.

Tendrá que tomar una decisión pausada a sabiendas de las repercusiones. Se tendrá que preguntar, si no es que ya se lo preguntó, si quiere que Adán Augusto López conserve los cargos que tiene en el Senado y si quiere que Andy se quede en su actual cargo, el cual es de enorme peso en Morena y en cualquier partido político y más ante las elecciones del 2027 en donde se tendrán que tomar decisiones respecto a las candidaturas.

En el camino, también deberá ponerse en la mesa el papel que deberá jugar el actual presidente del Senado. Tendrá que preguntarse qué tan positivo es tener tanta estridencia en ese cargo. También está el caso de Ricardo Monreal quien, si bien tiene un marcado oficio político, no va quedando claro cómo está su relación con la Presidenta.

Se está acercando el primer gran momento de decisión de Claudia Sheinbaum que no hay manera de evitar.

RESQUICIOS.

Francia, Gran Bretaña y Canadá, entre otros, han tomado una histórica decisión: reconocer al Estado palestino. Seguramente otras naciones harán lo propio. Más allá del derecho de un pueblo, es también la posibilidad de que esto coadyuve a frenar el brutal ataque israelí.