Quebradero

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Antes de que sea todavía más tarde

 

Por Javier Solórzano Zinser

 

Quién sabe qué esté esperando Donald Trump de parte del Gobierno mexicano para aplicar o no el 30% de aranceles al final de mes.

El presidente envió una gran cantidad de cartas bilaterales a numerosos gobiernos para establecer, o más bien imponer, nuevas condiciones económicas.

Algunos países han ido respondiendo, pero será al final de mes cuando tengamos una idea de cómo podrían quedar las condiciones económicas en una buena parte del mundo. Habrá gobiernos que enfrentarán a Trump, pero habrá muchos otros que, presumimos, tendrán que aceptar las condiciones que les imponen, a pesar de que les sean muy adversas.

Trump ha creado una histeria mundial. Exige desde su posición de fuerza que los gobiernos acepten sus imposiciones, impidiendo cualquier tipo de negociación. Para algunos países les es materialmente imposible poder llegar a un acuerdo que le sea mínimamente favorable. El presidente en el primer saque nunca ofrece alternativas, podrá suceder en un segundo momento, pero busca intimidar, y obligar, en algún sentido, a que los gobiernos, sobre todo los que tienen pocas alternativas, a bajar la guardia.

La carta que le envió a la Presidenta mexicana tiene una variante que la hace diferente a todas las que envió. La aplicación del 30% de aranceles a nuestro país no parte de la condición económica, establece que México tiene que cambiar la estrategia del Gobierno ante los cárteles de la droga, con un singular dejo, “reconoce” que se han presentado ciertos avances.

Esto quiere decir que el Gobierno mexicano tiene ocho días para presentar alternativas que pudieran, es lamentable reconocerlo, satisfacer a Trump. Claudia Sheinbaum lo sabe y ha ido actuando en consecuencia. Es claro que el presidente estadounidense quiere algo más de lo que hasta ahora se ha hecho, como fue la entrega de 29 narcotraficantes, incluyendo a Rafael Caro Quintero, quien resultó ser una especie de joya de la corona, y también todo lo que se ha venido haciendo al interior del país con los grandes decomisos de huachicol.

Seguramente, Trump va teniendo claro que la estrategia actual es diferente a la del pasado sexenio, lo que de entrada crea mejores condiciones para atacar los problemas contra la delincuencia organizada.

Sin embargo, todo indica que lo que quiere el presidente es que Claudia Sheinbaum vaya directo contra la clase política que pudiera estar ligada a los cárteles de la droga y, en general, a la delincuencia.

No hay manera de que no sepa quiénes son aquéllas y aquéllos que tienen que ver con todo esto. No hay otra manera de entender el desarrollo de los cárteles de la droga si no es a través de su relación de complicidad y conveniencia con la clase política.

La Presidenta tiene cartas que presentar. Su problema es lo que puede provocar internamente, puede darse un rompimiento interno de considerable dimensión. Lo paradójico es que, al mismo tiempo, como lo hemos venido alertando, podría gestarse una oportunidad para que la mandataria pueda desplegar su proyecto sin necesidad de tener que negociar con personajes que a estas alturas la 4T está empezando a cargar.

No será extraño que haga lo que haga la Presidenta Trump no cambie y siga construyendo amenazas. Se dirá insatisfecho, confirmando lo que piensa de México. Estamos de nuevo ante escenarios límite. No se sabe si Trump los cumplirá o dará una pausa y los postergará.

No tiene sentido patear el bote desde México. Con la información que el Gobierno tiene llegará el momento de que algo tendrá que hacer antes de que sea todavía más tarde.

RESQUICIOS.

Irma Hernández Cruz era una maestra jubilada de 62 años. Para ayudarse trabajaba como taxista en Álamo Temapache, Veracruz. Fue secuestrada el 18 de julio pasado a plena luz del día ante pobladores que no hicieron nada. Apareció en un video arrodillada y rodeada de 12 sujetos armados. Se escucha que dice “dejen de andar enculados con los charros… si no van a terminar como yo”, apareció asesinada.