La oposición sigue viendo el partido
Por Javier Solórzano Zinser
Morena está pasando por uno de sus momentos más complejos desde su fundación.
Durante un buen tiempo tuvo a López Obrador como su fiel de la balanza. Los morenistas sabían que el dueño de la llave de la última puerta era el tabasqueño. Hubo momentos en el sexenio pasado en que el expresidente le tomó distancia al partido, en medio de las muchas broncas internas en Morena López Obrador lanzó aquella frase de “o se arreglan o ahí se ven”.
Sin dudar de que el tótem pueda todavía influir, las cosas van adquiriendo dinámicas distintas, porque López Obrador ya no aparece en la cotidianidad y porque al partido le está costando trabajo hacerse adulto. La lucha por el poder va adquiriendo una dinámica distinta, porque Morena es una marca que hoy sigue siendo redituable y rentable, y, sin exagerar, se puede decir que donde se presente sus posibilidades de triunfo son en la mayoría de los casos superiores por mucho a las de la oposición.
Reconociendo que están en un lejos-cerca las elecciones de 2027, algunas encuestas evidencian cómo podrían ser los escenarios. El Heraldo publicó hace pocas semanas un estudio en donde muestra que, de las 17 elecciones para gobernador, al menos en 14 lleva una ventaja considerable, sin todavía tener candidata o candidato.
Los líos en que ha estado metido el partido en estos días muestran cómo las luchas por el poder se van ahondando. A pesar del gran poder de Morena, no es lo mismo que tenga a López Obrador como el gran elector a no tenerlo en su radar.
Las batallas internas van de alguna manera evidenciando que muchos ya corren por sus propias vías sin esperar la voz del fiel de la balanza o la de la Presidenta, quien no ha dado indicios de querer pegar en la mesa en el partido, sino que más bien deja que corra por su propia vía.
Pudiera ser que algunas fichas se le acomoden a Claudia Sheinbaum, lo que le permitiría diseñar su Gobierno, su gabinete, e incluso el Congreso de forma tal que pudiera mover las piezas políticas a su conveniencia, y no tener que mantenerse bajo una herencia que cada vez es más pesada.
La última gran apuesta de la 4T para consolidar su proyecto es la reforma electoral. Detrás de ella pudiera estar la idea de tener un mayor control sobre los procesos electorales y poder concentrar en el Congreso aún más el poder.
Lo más grave de lo que se puede venir es que el INE, o como vayan a llamarlo, pierda su autonomía. Esto significaría un retroceso histórico democrático que nos llevaría a escenarios inéditos, los cuales no los vemos comparables con los tiempos del PRI.
Podríamos entrar a los tiempos en que una mayoría se impondría usando la democracia para consolidarse y construir un régimen con una perspectiva única en la concepción del desarrollo de la sociedad.
En medio de escenarios que son previsibles una de las preguntas más importantes y pertinentes es saber a qué juega la oposición y en términos de la dinámica cotidiana saber dónde está. En estos años no ha dejado de ser una instancia reactiva más que activa.
Es cierto que su capacidad de maniobra en el país y en el Congreso está cada vez más limitada. Pero también es cierto que no se ve un crecimiento que pudiera darle una alternativa a los ciudadanos que en muchos casos van encontrando en Morena y en el Gobierno instancias, paradójicamente, que le van siendo cada vez más lejanas.
La oposición se la pasa esperando a que se peleen en Morena, o que pase algo que les permita asomarse, por eso siguen con binoculares el caso de Adán Augusto López.
La oposición sigue esperando que pase algo al interior de la mayoría para que al menos sepan que, aunque no lo crean, la volteen a ver y se vea que sigue viva.
RESQUICIOS.
¿Dónde está Julio César Chávez hijo? Cuando fue detenido se aseguró que en pocos días sería deportado a México. Lo delicado es que no se sabe de él y como que nadie pregunta dónde está. El silencio pudiera indicar que sabe más de lo que parecía.