¿Dónde andan los migrantes?
Por Javier Solórzano Zinser
No sorprende la marcada disminución de cruces migratorios en la frontera, en función de la atemorizante estrategia de Donald Trump.
La disminución de cerca del 81%, en comparación con los primeros meses de años anteriores, es la respuesta inevitable de los migrantes. Las intenciones no cambian, la cuestión es que no tiene sentido correr más riesgos de los que de por sí ya se corren.
Los migrantes andan en espera de que pudieran cambiar las cosas; sin embargo, no hay manera de que esto suceda, por lo menos mientras Trump esté en la Casa Blanca.
A pesar de todo ello muchos migrantes no han perdido la esperanza ni la intención de cruzar la frontera. Si alguien lo sabe son los polleros y, en general, la delincuencia organizada que ha encontrado en los migrantes un espacio más para sus “actividades”.
Las cantidades que se están pidiendo para cruzar a los migrantes la frontera desde hace tiempo son de escándalo, pero ahora son brutales. Se pide entre 25 y 30 mil dólares por cruzar todo el país, desde Tapachula hasta la frontera. En su “oferta” los polleros aseguran que dejarán a los migrantes del otro lado de la línea.
El riesgo de muchos años a la fecha ha crecido, pero ahora es claro que es mucho mayor. Pueden ciertamente colocar a los migrantes en EU, pero tendrán que pasarse una buena etapa de su estancia inicial agazapados o escondidos. No hay manera de salir a la calle o de que puedan conseguir en esta etapa un empleo que les permita el mínimo de seguridad.
Donde trabajen serán buscados por las autoridades con el enorme riesgo de que puedan ser llevados a cárceles, como la que acaba de inaugurar Trump en Florida en medio de un muy lamentable sarcasmo respecto a los riesgos que tienen los migrantes en caso de querer huir.
Muchos migrantes han encontrado en México su improvisado nuevo destino. Es por ello por lo que en diversas ciudades los encontramos en las calles o ya los vemos empleados en diferentes actividades de toda índole, trabajan en lo que les ofrezcan.
Sigue siendo por mucho, mayor el número de mexicanos que pretenden cruzar la frontera que migrantes de otras nacionalidades. Las razones se encuentran en que no tienen opciones en nuestro país, y que, en muchos casos, la gente materialmente huye de México en medio de la violencia en algunas comunidades.
La cuestión económica ha sido la constante, pero al menos en los últimos 10 años, la violencia y la inseguridad se convirtieron en un factor fundamental para tratar de irse a EU.
Esta tendencia se vino a sumar a lo que sucede en muchos países de la región. El éxodo venezolano es una manifestación de ello. No se ha encontrado hasta ahora una salida, porque las condiciones políticas del país no han cambiado, a pesar de todas las irregularidades que han acompañado los “triunfos” electorales del gobierno de Maduro.
Venezuela seguirá expulsando a su gente. No hay un solo indicador que pudiera mostrar la posibilidad de un cambio interno que permitiera una reconciliación y romper, de una vez por todas, con la marcada división que tiene a la nación dividida en dos.
La violencia política se ha convertido en un elemento fundamental para la migración. Para Trump no es un elemento para considerar porque para él el problema está en otro lado. Lo que quiere es cerrar las puertas de su país entre otras consideraciones, por lo que asegura que provoca la migración en un país construido por migrantes.
Lo que hay que preguntarse es en dónde se han metido mujeres y hombres que buscan cruzar la línea o que están escondidos en el interior de EU. De qué están viviendo, qué están haciendo en su cotidianidad en espera de un mejor momento, el cual cada vez se ve más lejano.
RESQUICIOS.
El avezado titular de Salud dijo algo que sorprende: la gente está llegando tarde a los hospitales. Una gran cantidad de personas está muy lejos de Dinamarca y muy lejos de las clínicas en donde podrían conocer cuál es su estado de salud.