Por Martín Quitano Martínez
En la oscuridad no parecía importar que casi todas las respuestas fueran absurdas.
Stephen King
Cada vez se oscurece más el túnel por el que estamos cruzando, en medio de discursos hechos de lugares comunes, falacias y posiciones jactanciosas, alejadas de la realidad dura, bárbara, masivamente presente día con día en nuestro país. El túnel se ha ido oscureciendo hasta enceguecernos, más a cada momento, ocasionando el problema de los temores y las desesperanzas en la ruta y el destino.
La mentira permanente se ha convertido en la verdad para muchos y para otros en el relato que sustenta la falta de credibilidad para todo, el todos son iguales o peores suena fuerte y cimbra las aspiraciones por hacer cosas alternativas. Ambas situaciones peligrosas, son el sustento de quienes hoy se solazan en la agresión permanente de la inteligencia y en el abuso de la ignorancia y el fanatismo de los que fielmente aceptan sin chistar sus relatos.
Se abandona, se cuestiona, es más, les resulta ofensivo y por ende se censura el recurso del diálogo, de la discusión amplia que convoque a la crítica, a la reflexión pública, política y económica de las distintas organizaciones de nuestra sociedad ante las formas y los caminos que andamos como país.
Hacerlo es peligroso, es malo, refiere miedo, descrédito y desesperanza forjada en contextos que han sido edificados con claras intenciones antidemocráticas, que abren paso a la gestión autocrática que sepulta los esfuerzos y luchas sociales por edificaciones institucionales, por derechos sociales y humanos en una larga travesía de construcción democrática ahora destruida por quienes llegaron al poder como beneficiarios de la misma.
La imposición de un ambiente donde la catástrofe de la caída de un proceso democrático largamente aspirado y sublimado se convierte en el futuro que rueda en el túnel en que ahora nos encontramos. No ha sido casual ni se trata de un proceso de un solo instante. Este oscuro momento existe en función de las debilidades y los pendientes que se dejaron de lado en la ensoñación democrática. Por eso es necesario analizar las condiciones actuales y hacer un corte de caja respecto de aquello que favoreció nuestro presente y la visión de ese futuro oscuro, de tal manera de alumbrar nuestras capacidades para generar alternativas a los ominosos tiempos que hoy predominan.
Para salir del túnel, para enfrentar la mentira, para generar esperanzas, se debe pensar y hacer mucho, comenzando por esa impostergable acción autocritica de los errores pasados por alto, no solo los individuales sino esos que llevaron a no confrontar con mayor fuerza las taras de instituciones y entramados legales que, idealizados, abrieron las oportunidades al arribo de un populismo fascistoide que, a decir de sus integrantes, se proponen estar por mil años. Por ello, aunque los tropezones de esta oscuridad lastimen aún más la vida de muchos, debemos entender que este viaje en la oscuridad puede ser largo y sinuoso, pero que no impida la voluntad de revertirlo cuanto antes.
DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA
La huella de la corrupción y la ineficiencia del gobierno cuitlahuista ya es inocultable.
X: @mquim1962