El problema es de los dos
Por Javier Solórzano Zinser
En medio de los delicados asuntos entre México y EU, hará que sumar las innumerables filtraciones de información que no hay manera de confirmar.
Según Reuters, el Gobierno de Trump habría entregado una lista de narcopolíticos mexicanos de alto nivel que estaría siendo motivo de una exigencia para que fueran entregados a su país. La Cancillería aseguró tiempo después que ello es “absolutamente falso”.
El Gobierno de EU, a través de X, aplaudió la información de la SRE; sin embargo, no por ello se puede tener la certeza de que sea eventualmente cierto, hemos visto cómo el Gobierno de Trump puede desdecirse.
El tema de las listas no ha dejado de estar entre nosotros. Hay razones para pensar que pudieran existir debido a la relación que existe en nuestro país entre algunos políticos y los narcotraficantes. La delincuencia organizada se establece con base en la relación de complicidad con los políticos; por lo tanto, las posibilidades de que situaciones como las que se han venido mencionando pudieran existir tienen su lógica.
Sin perder de vista este escenario, el problema más delicado está en las manifestaciones de los migrantes, mayormente mexicanos, en contra de las políticas de Trump. Estamos en los tiempos en que todo está interrelacionado, pero en los intentos de delimitar los terrenos el tema migratorio en las calles, ha adquirido una dimensión trascendental e inédita con un futuro incierto.
Para Trump todo aquello que resulte un elemento crítico es motivo de fuertes reacciones y, como hemos visto, también se asume como un ataque directo a su Gobierno y su proyecto a quienes se están manifestando ante la acción violenta de las autoridades de EU.
En este contexto, adquiere enorme importancia la declaración de la encargada de seguridad, Kristi Noem, en el sentido de que la Presidenta mexicana habría alentado las manifestaciones que desde el fin de semana se vienen presentando en buena parte de su país. Sheinbaum ha explicado el sentido de sus declaraciones; sin embargo, el tema no ha dejado de estar en el radar estadounidense debido a que es un buen pretexto para señalar a la Presidenta y encontrar motivos para justificar algunas de sus acciones.
Sheinbaum ha explicado y señalado a la oposición mexicana. Partamos de que no están dadas las condiciones para que la influencia de la Presidenta sea lo suficientemente destacada como para movilizar a los migrantes, más allá de que aparezca su fotografía en el frente de una camioneta manejada por migrantes manifestándose en Los Ángeles.
Señalar a la oposición responsabilizándola de que fue quien difundió la versión que retomó Kristi Noem no adquiere lógica, si nos atenemos al menosprecio con que cotidianamente la trata y la ve y, sobre todo, por su insistencia en su poca influencia en el país; da la impresión de que Noem interpretó lo que quería interpretar para lo cual le dieron un parque.
Lo que es un hecho, es que la Presidenta no planteó algo que se pudiera interpretar como una movilización de la dimensión que en EU interpretan, su declaración tenía que ver con el tema de los impuestos a las remesas, asunto en el cual no ayuda para nada el presidente del Senado.
Hay que cuidar al máximo el uso del lenguaje para evitar las sobreinterpretaciones, estamos en medio de una cacería que busca señalar de todo a México.
La atención debe estar en las protestas, las cuales están creciendo y están de manera plena en el radar migrante. El problema ya está entre ellos y nosotros, el gran problema estará en lo que se viene. Muchas cosas pueden cambiar de manera brutal y radical.
RESQUICIOS.
EU no puede menospreciar lo que pueden provocar las movilizaciones y protestas con la Copa Oro y el Mundial de Clubes. El futbol detona todo tipo de reacciones y tiene un arraigo popular que a menudo lleva a pasiones desbordadas. Ambos torneos, además, suman un cúmulo de nacionalidades, muchas de las cuales están representadas en las protestas.