¿El enemigo extranjero?
Por Javier Solórzano Zinser
A pesar de que las manifestaciones en Los Ángeles se circunscriben a zonas identificadas, es claro que las cosas están saliéndose de control lo que podría llevar a escenarios de mayor violencia, como se vio el domingo y lunes.
Estas circunstancias le dan parque a Donald Trump, porque con ello justifica sus violentas acciones. como es el desplazamiento de marines. Acuña un concepto que permitirá echar a andar la maquinaria, racista y discriminatoria posible: “Estamos ante el enemigo extranjero”.
Las consecuencias están alcanzando aspectos de la relación bilateral, en medio de la ausencia de la diplomacia. Queda claro que por más elogios que plantee el presidente a nuestra Presidenta todo puede cambiar en cuestión de horas.
Le reiteramos, Trump tiende a sobar para luego pegar. La relación está siendo cada vez más difícil, porque además del vaivén con los aranceles, el serio problema que ya resulta ser la cuestión migratoria nos está colocando en confrontaciones que van creando secuelas.
La titular de Seguridad de EU acusó a Claudia Sheinbaum de haber alentado las movilizaciones de estos días en Los Ángeles, “no debería estar alentando protestas violentas, como las que estamos viendo”. Ciertamente la Presidenta hizo referencia a una posible movilización hace varios días, la cual pudo haber sido matizada, que no omitida; sin embargo, si la ubicamos en el tiempo tenía que ver con el tema migratorio y el impuesto del 5% y no con las protestas de los últimos días.
Incluso, si la Presidenta hubiera “alentado” las protestas no somos de la idea de que hubiera sido el detonante de lo que está pasando. La agudización de las estrategias de Trump es lo que acabó por sacar a la gente a la calle a manifestarse. El problema es interno y se ha ido cocinando desde hace mucho tiempo, Trump está tratando de frenar lo irrefrenable: la migración. EU está viviendo uno de sus momentos de mayor riesgo al interior.
Lo que está haciendo el presidente es llevar todos los escenarios al límite y con ello justificar sus acciones violentas, al tiempo que les da elementos a quienes de manera vehemente lo siguen sin preguntarse sobre los motivos que están llevando a EU a escenarios inéditos; no perdamos de vista las reacciones de sus seguidores, como la del 6 de enero cuando perdió las elecciones.
Trump gobierna sin tener enfrente a una oposición que le dé batalla. Quizá por ello un gobernador tan fuerte como el de California, demócrata y con perfil nacional, se ha convertido en el centro de muchos de sus ataques. No se ve cómo en el mediano y largo plazo los republicanos se puedan alzar con la victoria en California, pero a estas alturas plantearse el asunto como un elemento alterno de la estrategia de Trump no resulta ocioso.
Los migrantes se han convertido en el “enemigo extranjero” para Trump. La definición se convierte en un asunto explosivo, porque le puede servir para moverse a sus anchas. Las redadas y las detenciones se van a incrementar y muy probablemente tengamos más hechos de violencia, además de que se está viendo que algunas ciudades, en Chicago ayer en donde se dieron importantes movilizaciones, se están sumando a las protestas de Los Ángeles.
Los escenarios empiezan a ser impredecibles. Una de las razones importantes es que no hay equilibrios y no hay quien desde el Congreso lance una voz de alerta para detener un clima político que ya se violentó; insistimos, esto apenas comienza.
RESQUICIOS.
“Nadie le dice a Boston cómo cuidar de los nuestros. Ni reyes, ni presidentes que se creen reyes. Boston nació enfrentando a los bravucones. Ustedes pertenecen aquí. Estamos con los migrantes. Somos una ciudad de migrantes. Boston no se echa para atrás. Somos una ciudad donde el café es fuerte y nuestras opiniones son muy fuertes. Es posible que no estemos de acuerdo, pero nos vemos a los ojos. Si vienen por uno de nosotros te los verás con todos nosotros”, Michelle Wu, alcaldesa de Boston.