Los Ángeles, ¿el inicio?
Por Javier Solórzano Zinser
De alguna manera lo que está pasando en las calles de Los Ángeles se veía venir. Ha sido mucha la violencia que se ha desatado en contra de los migrantes, quienes en un buen número de casos son detenidos a pesar de tener sus papeles en regla.
Lo que pasó fue que se cansaron de tanta violencia y tanta intimidación y, sobre todo, porque Donald Trump ha intensificado su estrategia antiinmigrante atacando, indiscriminadamente, a los migrantes en una ciudad como Los Ángeles, reconocida como santuario.
La cara más visible de la protesta la componen migrantes mexicanos. Trump ha enviado a 700 marines para tratar de controlar las protestas y en el camino detener al mayor número de migrantes posibles. El hecho ha sido calificado por el gobernador de California, Gavin Newsom, como un acto “dictatorial” y “demente”.
No queda claro qué tanto pueden escalar las protestas en otros estados de la Unión Americana. Los Ángeles es la ciudad donde se concentra el mayor número de migrantes mexicanos. Se ha ido convirtiendo en una extensión de nuestro país en todos los sentidos, lo cual pasa indistintamente por la forma en que se han ido estableciendo las familias, cada vez es más influyente en forma y fondo la familia mexicana; la gastronomía, los hábitos y la forma en que se desarrolla la cotidianidad californiana; no está de más, también recordar que California era parte de México.
Las protestas son sinónimo de una rabia contenida. Los migrantes han tenido que estar materialmente escondidos, porque por el sólo hecho de parecer mexicano es ocasión para que traten de detenerlos, en muchos casos sin siquiera pedirles alguna identificación. Es una actitud a todas luces racista, porque sólo por parecer mexicano se les puede detener.
Han sido días en que han estado materialmente guardados. Por ello, las manifestaciones han adquirido una dimensión tan grande y han llamado tanto la atención. Están en la calle que en algún sentido es de ellos, han tenido que estar a lo largo de meses escondidos, y en muchos casos no han podido trabajar ni tener ingreso alguno.
La disminución de las remesas en 12.1% pasa por los problemas que están teniendo los migrantes para enviar dinero, y también pasa por los evidentes problemas que ya está teniendo la economía de EU. Trump va a tener que resolver antes que nada el asunto económico de su país. El dólar está dejando de ser preponderante, porque ha ido perdiendo el respaldo de la economía de su país, y porque ante tantos aranceles que impone sin ton ni son, innumerables naciones están buscando alternativas a través de nuevas relaciones con otros países.
Es un hecho que Trump no va a bajar la guardia. En algún sentido está ocurriendo algo que muy probablemente quería. Sin embargo, en este caso no queda muy claro hasta dónde puede llegar la reacción social, la dinámica que están viviendo otras ciudades, con una gran presencia mexicana, puede ser ocasión de que se gesten, protestas similares, no creemos que las cosas acaben circunscribiéndose únicamente a Los Ángeles. Paradójicamente, Trump puede estar echando a andar a la oposición, a la que abrumó en el pasado proceso electoral, la cual sigue sin poder hasta ahora salir de la sacudida. La reacción del gobernador de California puede ser el inicio de confrontaciones internas inéditas en EU.
Los migrantes mexicanos están en todo EU. No se sabe cuál puede ser su reacción. Lo que está pasando en Los Ángeles les ha permitido a muchos entender que la protesta es un mecanismo de defensa de su integridad y dignidad.
El fin de semana nos mostró lo que bien puede ser un inicio.
RESQUICIOS.
Por si no tuviéramos suficiente número de flancos abiertos, en la frontera con Guatemala se presentó un problema que exige rápida solución. El Gobierno de Chiapas acusa a la autoridad guatemalteca de estar “coludida” con la delincuencia organizada, en tanto que autoridades mexicanas se metieron a Guatemala para tratar de detener a delincuentes.