Autoridades, directivos y académicos afines al rectorado de Martín Aguilar Sánchez intentan desalentar y disuadir a la comunidad estudiantil universitaria de participar en la marcha convocada este lunes para protestar contra imposición de una extensión del periodo de la actual administración de la Universidad Veracruzana.
En todos los casos, se afirma que la solicitud de prórroga del periodo solicitada por Martín Aguilar es “legal” –contra la opinión de varios especialistas en derecho- y que “se desconoce qué intereses existen en detrás”.
Un comunicado que circula en redes, atribuido a la “Consejería Estudiantil de la Unidad de Humanidades”, se señala que “se desconoce quién está convocando a la movilización”, aun cuando exrectores, aspirantes a la rectoría y varios académicos y alumnos han expresado públicamente el llamado a marchar el lunes.
“Como integrantes de la consejería, optamos por no asistir a la movilización”, destaca el comunicado, al tiempo que externa “nuestra preocupación y exhortamos a dimensionar las implicaciones de una movilización estudiantil, así como a tratar con sumo cuidado cualquier tipo de información al respecto”, aunque “aclara” que “no se pretende desacreditar la convocatoria y se apoya a cualquier alumno de la Unidad de Humanidades que decida ser parte”.
A su vez, el director de la Facultad de Arquitectura, Luis Fernández, también emitió un comunicado a la comunidad de la región Xalapa, en el que justifica la prórroga y pide a los catedráticos que “nos informemos a profundidad y que podamos informar con objetividad a nuestros estudiantes. Como universitarios, tenemos la responsabilidad de promover una discusión basada en el conocimiento y el respeto, especialmente cuando se trata de un tema en el que la universidad dialoga consigo misma”.
“La decisión sobre esta solicitud corresponde exclusivamente a la Junta de Gobierno de la Universidad Veracruzana, que es la instancia facultada para resolver este tipo de peticiones. Ni el Consejo Universitario General ni ninguna otra autoridad o grupo puede intervenir en esa atribución”, enfatizó Luis Fernández.
En respuesta a este último, integrantes de la comunidad académica de la Facultad de Arquitectura emitieron una carta pública en la que advierten que Luis Fernández fue designado “a partir de una decisión unilateral que no reflejó la voluntad mayoritaria expresada por la comunidad académica durante el proceso de consulta de la terna”.
“Esta condición de origen compromete, desde nuestra perspectiva, la autonomía con la que debería ejercer el cargo y explica el carácter sumiso del reciente comunicado, que no responde a una preocupación pedagógica, sino a una estrategia institucional de contención del disenso.
Acusan que, aunque revestido de un lenguaje respetuoso, el texto del director de Arquitectura busca condicionar el ejercicio pleno de la libertad de expresión y de movilización estudiantil y docente.
“Al invocar la necesidad de ‘informar con objetividad’ y de ‘promover una discusión con conocimiento y respeto’, se descalifica implícitamente la legitimidad de las voces críticas y de la movilización convocada, al tiempo que se enmarca toda acción contestataria como producto de la desinformación.
“Este tipo de expresiones, desde una figura directiva, limita el pensamiento autónomo y reproduce una pedagogía del disciplinamiento, donde el discurso institucional se presenta como única fuente legítima de interpretación de los acontecimientos”, sentenciaron.
Rechazaron toda forma de intervención institucional que busque “acotar, regular o condicionar el derecho a la libre expresión y movilización de estudiantes, docentes y trabajadores, y exigieron que las direcciones de facultad se “conduzcan con autonomía, con apertura al debate plural y con compromiso hacia la defensa del pensamiento crítico”.
Subrayaron que el hecho de que la figura de la prórroga esté prevista normativamente “no la convierte en legítima automáticamente. Es deber de toda comunidad universitaria debatir su pertinencia desde criterios éticos, democráticos y académicos”.
“Hoy más que nunca, frente a decisiones que pueden marcar el rumbo institucional de la Universidad Veracruzana, se requiere altura de miras, coraje civil y libertad de conciencia. No hay universidad crítica sin disenso. No hay rectorado legítimo sin cuestionamiento. No hay dirección académica honorable sin autonomía frente al poder”, reviraron.