Por Uriel Flores Aguayo
Conforme al calendario constitucional, cada cuatro años se renuevan los ayuntamientos veracruzanos; esa periodicidad nos salvó de la reelección municipal tal como ocurre en donde fungen por tres años. Son doscientos doce municipios donde se eligen nuevos ediles a través de seis partidos políticos y contadas candidaturas independientes.
En muchos casos las tendencias pintan para clara mayoría morenista, dejando pocas regidurías para otros partidos. Son pocos los municipios donde se vislumbra una competencia real. Esa es la realidad política en Veracruz, con una hegemonía guinda y búsqueda de regidores en los partidos de la autollamada oposición.
De variadas formas, prácticamente todos los aspirantes están en actividades preelectorales. De sus recientes registros se pueden tomar las declaraciones que apuntan a su idea de gobierno municipal. En general tienden a plantear asuntos genéricos y lejanos de la competencia local. Hay serias confusiones sobre las funciones y responsabilidades de los ayuntamientos. Es necesario precisar eso y hablar seriamente de lo que se puede hacer desde el Cabildo y la administración municipal.
Por el impulso de las coyunturas nacional y estatal habrá alternancias en algunos municipios, resultados de pronósticos reservados en pocos de ellos y continuidad inercial en los ayuntamientos más significativos de Veracruz. Donde Morena lleva al menos dos periodos de gobierno ya no puede hablar de un segundo piso como ocurre en el país; tiene que hacerse cargo de los resultados de casi seis años de administración. Eso implica ideas, políticas y medidas frescas y renovadoras. Avasallar puede ser peligroso en términos de conformismo y mediocridad; es válido decir que no se valora lo que no cuesta. Tienen a la vista lo que han hecho sus compañeros de partido en la práctica de gobierno; deben evaluarlo autocríticamente y abrir rutas nuevas.
Viene una campaña corta, de un mes aproximadamente, con cuatro fines de semana. Pasará veloz. Apenas con tiempo para que se conozcan las candidaturas. Tendrá que ser mayúsculo el esfuerzo para difundir propuestas. La suma de las planillas tiene que trascender en la ciudadanía para convocar a la participación electoral, aumentando la votación. A los nuevos gobiernos municipales les conviene en términos de legitimidad y gobernanza que haya una alta cantidad de sufragios. No puede haber cabildos sólidos con grandes niveles de abstencionismo.
Debe ser sobre todo una elección libre, propositiva, competida y con fuerte participación ciudadana.
Recadito: rotundo no al gasoducto en Xalapa.