Desconfianza e incertidumbre
Por Javier Solórzano Zinser
La confianza y certidumbre son dos variables clave para el desarrollo de la economía. Sin ellas se entra en la especulación y las elucubraciones que llevan a los mercados a una montaña rusa.
Esto es lo que viene pasando desde que Trump tomó posesión como presidente. Estos meses han tenido en la incertidumbre la definición de la economía del mundo.
No hay un solo indicador de que las cosas vayan a cambiar. No hay manera de creerle a Trump cuando dice que lo que se está viviendo va a durar poco tiempo y que EU se va a recuperar de manera definitiva cuando todos los países que “se han aprovechado de nosotros” empiecen a pagar sus deudas.
Los mercados están urgidos de buenas noticias y cuando no llegan las inventan. Un rumor falso se propagó de manera particularmente rápida, lo que llevó a Wall Street a la euforia durante 15 minutos. Cuando se revisó que había sido una declaración falsa y malinterpretada de un funcionario de la Casa Blanca, todo se vino abajo y el caos regresó para intensificarse. Los mercados quieren buenas noticias, pero no pueden estar inventándolas o buscándolas en declaraciones de funcionarios por más que sean cercanos al presidente, ya se sabe que Trump como dice una cosa dice otra cosa.
No queda claro cuál terminará siendo el rumbo de lo que está haciendo Trump. La guerra comercial es un hecho. La confrontación entre China y EU está llegando a niveles inéditos por las consecuencias que pueden traer para el mundo. Las declaraciones del presidente estadounidense se están saliendo de control. No se sabe lo que puede venir en el día con día, y además está utilizando una narrativa en ocasiones grosera, pasando a segundo plano los mínimos en materia de civilidad y diplomacia.
No vemos cómo esto pueda cambiar. Las cosas se van a agudizar aún más, porque a Trump no le gusta que le respondan, lo que lo está llevando a utilizar un lenguaje cada vez más rudo de la mano de la aplicación de más aranceles; ayer dijo que le podría aplicar a China 50% de aranceles, lo cual coloca a su país y al mundo bajo escenarios de altísimo riesgo.
La relación con México es de una enorme complejidad. Se cruzan entre nosotros una infinidad de variables, las cuales en muchos casos son parte de nuestras grandes adversidades.
No deja de sorprender que durante los últimos seis años tuvimos la máxima de abrazos, no balazos, y en el poco tiempo que lleva en el poder Claudia Sheinbaum se ha detenido a un gran número de personajes de la delincuencia organizada. Se han tomado medidas que bien se pudieron haber tomado desde hace tiempo y muy probablemente no nos tendrían contra la pared y cargados de presiones por parte del Gobierno de Trump.
Abril se está convirtiendo en el mes de mayor incertidumbre desde la llegada del republicano. Es evidente que no va a bajar la guardia, porque a estas alturas no puede echarse para atrás en sus objetivos proteccionistas.
No queda claro por ahora qué pueda pasar al interior de EU. Se han ido incrementando de manera sistemática las protestas al interior del país. Una de las razones es que como nunca antes los ciudadanos estadounidenses están padeciendo una merma en sus ingresos de la mano, en muchos casos, de la pérdida de empleo.
Es probable que vengan nuevas presiones en el terreno de la seguridad, por más que le guste a Trump la publicidad mexicana contra el fentanilo. Son al menos cinco estados con problemáticas de inseguridad y cargados de violencia, la matanza en centros de rehabilitación en Culiacán es prueba de ello, es claro que en EU tienen en la mira todo esto junto con lo que puede implicar.
RESQUICIOS.
Lamentable y evitable fue la muerte de dos jóvenes fotógrafos en el festival Ceremonia en Azcapotzalco. La revisión que hizo protección civil tuvo el visto bueno, pero a los organizadores les dio por poner una grúa, la cual no cumplía las reglas mínimas de seguridad; el resto es la muerte y lo urgente, necesidad de justicia.