Del “llegamos todas” al “no estás solo”
“Que ser valiente no salga tan caro
Que ser cobarde no valga la pena”
Joaquín Sabina
Por Aurelio Contreras Moreno
La imagen es grotesca como pocas, pero ilustra a la perfección la simulación, la farsa del discurso del régimen de la “transformación” y su indolencia y complicidad con las peores prácticas, como la impunidad para la violencia contra las mujeres en este país.
El exfutbolista Cuauhtémoc Blanco, venido a político con gran poder por obra y gracia del obradorismo, denunciado por tentativa de violación por su propia media hermana, siendo protegido, arropado y hasta vitoreado no por sus pares varones en la Cámara de Diputados, sino por las mujeres, por las legisladoras morenistas, a las que obviamente enviaron –y ellas obedecieron- a secundarlo en la tribuna de San Lázaro, quedará grabado como un capítulo más que vergonzoso, asqueroso, de un sexenio –¿o sería más apropiado llamarlo “maximato”?- que no para de acumular agravios.
Al tratarse de uno de los suyos –en el más amplio sentido de la palabra-, el régimen no ha dudado un segundo en salir a respaldar a Cuauhtémoc Blanco, conocido violentador de mujeres, quien además dejó al estado de Morelos hecho una desgracia de corrupción y violencia criminal.
¿Dónde quedó el “yo te creo”? ¿Dónde el “si se meten con una, se meten con todas”? Para la mayoría de las diputadas morenistas –con algunas contadísimas excepciones-, en el retrete de los pretextos. Aunque no solo para ellas, valga decir.
Por insólito que pudiese parecer, el grupo legislativo en pleno del PRI -ese partido al que Morena ha jurado desaparecer en este sexenio, el de la presidenta con “a”- votó en el mismo sentido que el oficialismo y protegió a Cuauhtémoc Blanco para que no sea investigado por los delitos sexuales de los que lo acusan. Porque de los otros, ni se ocupan.
Pero la razón no es difícil de adivinar y es la misma que ha hecho al tricolor “chaquetear” en más de una ocasión de su postura dizque “opositora” al morenato desde el gobierno anterior: la enorme “cola” del dirigente nacional Alejandro Moreno Cárdenas, gracias a la cual lo amenazan con desaforarlo y procesarlo cada que le es preciso al régimen. Solamente por eso es que no han terminado de desfondar al Revolucionario Institucional, que a pesar de ser ya un “cascarón”, todavía les es de utilidad. Como quedó demostrado una vez más con el “affaire” del desafuero de Blanco. El morenato tiene con quién compartir el costo político de su infamia.
Lo que vendrá es previsible: dirán que el expediente de la Fiscalía de Morelos estaba deficiente, que no había elementos para procesar al “pobre Cuau” y que no hay nada que hacer. Y las víctimas, que se jodan.
“No estás solo, no estás solo”, gritoneaban las diputadas morenistas que en pleno “día naranja” de combate a la violencia en contra de las mujeres, rodeaban a Cuauhtémoc Blanco en la tribuna de la Cámara de Diputados, y que desde octubre pasado se llenan la boca alegando que “llegamos todas”.
Claro, menos las que no sean sumisas a lo que los machos de sus partidos les dicten. Ésas no llegaron. Ni llegarán.
Solidaridad con Ruby Soriano
En Puebla, continúa la persecución contra la periodista Ruby Soriano, que del ámbito legaloide escaló al de las amenazas nada veladas de violencia contra su integridad física.
Como sucede en otras latitudes del país, al tratarse de una comunicadora independiente y crítica, Ruby Soriano está “en la mira” de quienes incomoda con su ejercicio profesional. Y por lo mismo, está en una situación de vulnerabilidad ante los embates de un régimen que muestra cada vez más abiertamente su cara más autoritaria.
Mi solidaridad absoluta. Así como la exigencia de que se detenga la persecución.
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