Quebradero

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Un país resquebrajado

 

Por Javier Solórzano Zinser

El dantesco hallazgo de un rancho, centro de aleccionamiento, represión, tortura, secuestro y exterminio, es una de las páginas más oprobiosas del país, quizá comparable con la desaparición de los 43 normalistas.

No hay manera de que las autoridades se abstraigan de sus definitivas responsabilidades. Desde 2021 la coordinadora de la Comisión de Búsqueda de Personas Desaparecidas, Karla Quintana, reportó que había una tendencia desarrollada de obligado reclutamiento de jóvenes entre 13 y 29 años para que se integraran a la delincuencia organizada, en particular al CJNG.

En su momento se señaló que existían casas de seguridad para ello. Los jóvenes en muchos casos eran reclutados en las estaciones de camiones o en la calle ofreciéndoles empleo. En otros casos eran reclutados obligadamente siendo secuestrados.

El hallazgo del rancho que entre otras “funciones” tenía la del exterminio de los jóvenes en Teuchitlán, a 80 km de Guadalajara, es la confirmación de que una parte del territorio nacional es controlado por la delincuencia organizada, no hay forma de entender esta dinámica si no es bajo la complicidad de las autoridades.

Hace pocos días fueron encontrados en una carretera de Oaxaca jóvenes desmembrados de origen tlaxcalteca que habían ido, por las razones que se quiera, a Huatulco. Los primeros reportes sobre lo sucedido tienen como principal responsable a las policías, las cuales seguramente actuaron aparejadas con la delincuencia organizada.

Es una constante. Hace pocos meses se dijo que el país estaba lleno de fosas clandestinas. La reacción de la autoridad, particularmente de López Obrador, fue que era una exageración.

Al tiempo en que se descubrió el hallazgo dantesco en Teuchitlán, a los dos días se encontró otro campo de exterminio en Reynosa y una fosa clandestina en la frontera de esta ciudad con EU.

Se está pagando una política de distancia, en ocasiones cargada de desprecio, por parte de las autoridades a los colectivos de las madres buscadoras. López Obrador nunca las recibió. Estuvieron a las puertas de Palacio Nacional, lo siguieron en muchas de sus giras por todo el país, pero siempre las señaló y nunca las recibió.

Poco importó que fueran las madres buscadoras las que se encargaban de buscar a sus hijos, en muy pocos casos con ayuda de la autoridad. La Presidencia trató de minimizar los números respecto a las personas desaparecidas, lo cual costó la renuncia de Karla Quintana, quien estaba haciendo un trabajo cercano a los familiares de los desaparecidos en un intento de tener un inventario lo más acabado posible para saber cómo actuar.

Si el Gobierno hubiera tenido cercanía y diálogo muy probablemente se pudo haber establecido una comunicación y alianza que permitiera tener un mapa más acabado de lo que sucede, lo cual pudiera haber allanado el terreno para encontrar más fosas clandestinas. Lo que provocó esta actitud fue que permeara entre gobernadores, particularmente de Morena, la misma reacción.

Hemos llegado al punto en que las madres buscadoras optan por pedirles a los narcotraficantes que les den cuenta de sus hijos antes que confiar en la autoridad. Han sido ellas quienes durante todos estos años han dedicado su vida a buscar a sus hijos sin apoyo de la autoridad, hay testimonios de cómo les han cerrado la puerta.

Las consecuencias que puede tener este hallazgo pueden ser brutalmente graves si no se actúa en consecuencia. El fiscal no puede lanzar responsabilidades por doquier, porque es un asunto que uno supone que estaría en el radar de los servicios de inteligencia del país y del cual se tenía información desde septiembre pasado.

Estamos ante una situación que pinta de manera dantesca lo que también es nuestro país.

Las consecuencias que puede tener este hallazgo pueden ser brutalmente graves si no se actúa

RESQUICIOS.

Pocas escenas tan dramáticas, dolorosas, tristes e indignantes, como las de las madres buscadoras acomodando la gran cantidad de zapatos y revisando playera tras playera para tratar de saber si es de sus hijos o familiares.